1 de junio de 2008

TEORIA EDUCACIONAL Y FORMACION DE PROFESORES. CONFERENCIA DE ESPECIALISTA FRANCES

Con el fin de debatir sobre las problemáticas de la formación de los profesores la Facultad de Educación de la Universidad Católica, ofreció una conferencia en la que participo el especialista en epistemología de la historia de las ideas pedagógicas, Loic Chalmel, académico trabaja con el profesor de la UC Sergio Arzola en una investigación conjunta sobre la innovación y los cambios en la pedagogía escolar.

La Tercera.cl

Según Chalmel el origen del sistema en el que el conocimiento son enseñados por expertos, se puede apreciar a partir del siglo XVII en Europa cuando se desata una pugna entre dos visiones de la educación, una pedagógica y otra didáctica, que se prolonga prácticamente de forma ininterrumpida hasta nuestros días.

“La idea moderna de la pedagogía, fundada por el Johan Amos Comenius, supone una relación recíproca entre teoría y práctica, en la que tanto el pedagogo como el niño van a explorar a través de la naturaleza ambas dimensiones de la realidad. La didáctica en cambio no está centrada en lo humano, sino que en los saberes. El niño no tiene acceso directo al conocimiento y el rol del profesor pasa a ser el de transposición y de evaluación. La transposición supone una relación de superioridad y de inferioridad entre uno que sabe y otro que no sabe”, señala el especialista, que agrega que este debate acerca de si la formación de los maestros debe ser didáctica o pedagógica, tuvo lugar durante la Revolución Francesa, dentro del Comité de Instrucción Pública de la Convención Nacional, entre 1794 y 1795. El tema fue zanjado a favor de los expertos. Tanto la redacción de los libros como la formación de los maestros quedó en manos de éstos.

"Acá tenemos entonces la génesis de un sistema en que los saberes elementales son enseñados por genios o expertos y que entrega la formación a los mismos expertos, lo que va a debilitar enormemente la autonomía y el poder de decisión de los docentes. Estos temas van a ir atravesando la historia hasta llegar a la actualidad", sostuvo Chalmel.

El tema central de la didáctica es el tema de los saberes. Por un lado, cómo transmitir el saber erudito y, por otro, cómo verificar la calidad de ese traspaso, la evaluación. La didáctica pretende ser una ciencia, no así la pedagogía, explicó Chalmel. "La pretensión al estatus de ciencia se apoya en la supuesta independencia en relación a los contextos. Los didácticos consideran que las reglas que ellos proponen pueden ser aplicadas independientemente de los contextos, tanto contextos geográficos como contextos humanos. En segundo lugar, esta pretensión a ser una ciencia se apoya en la posibilidad de reproducir ciertos modelos, y en tercer lugar, en la posibilidad de medir los resultados con herramientas de evaluación apropiadas. La ciencia necesita medir y los didácticos miden mucho", dijo.

El investigador explicó que en el centro de estudios sobre educación y formación de la Universidad de Rouen donde trabaja, postulan una formación de profesores que rompa con la herencia del Comité de Instrucción Pública, que sea a la vez pedagógica y didáctica. Esta preparación contempla cinco ángulos. En primer lugar, es esencial que los estudiantes sean formados a nivel de los principios. Esto comprende conocer el sistema de valores, saber definir cuáles son los objetivos y las finalidades de la enseñanza y dominar un cierto número de teorías, ya que las teorías son lo que permite diferenciarse de las ideas recibidas.

En segundo lugar están los objetivos, ser capaz de administrar los objetivos pedagógicos a corto plazo, mediano plazo y largo plazo. Luego hay que considerar los medios, por un lado, y los métodos, por otro. La gestión del tiempo, del dinero, del equipamiento y de los grupos, tiene que ver con los medios y los métodos se refieren a cuál es la mejor vía para pasar de los principios a los objetivos utilizando los medios adecuados. "El tema acá es el de la libertad de los pedagogos. Es sumamente importante que los educadores tengan libertad en cuanto a sus métodos", dijo Chalmel. Por último, es importante en la formación crear espacios de regulaciones, destinados al trabajo colectivo, en los que los futuros docentes puedan intercambiar experiencias.

Uno de los problemas de la formación de un docente es la coherencia entre estos cinco campos, sostuvo. "Los niños necesitan tener frente a sí un adulto coherente. No puedo entregar mi confianza a un docente que siento que no lo es", señaló.

Agregó que la formación de los docentes debiera prepararlos también para enfrentar cuatro tipos de limitaciones. Por un lado están las restricciones referidas a los actores. Se debe tomar en cuenta la experiencia de los alumnos y de los propios profesores, que tienen no sólo principios sino modelos, representaciones y concepciones de su rol como docentes. Estos dos aspectos determinan el clima y la calidad de la relación que se establece entre los profesores y los alumnos.

Al otro lado están las limitaciones que plantean los saberes y contenidos, que tienen que ver con los objetivos. Y este es el dominio de la didáctica, en que la evaluación es el indicador principal. Uno de los desafíos de la formación es desarrollar en los futuros docentes la capacidad de manejar estas cuatro restricciones y que es la manera de reconciliar la pedagogía y la didáctica, dijo el académico. "El pedagogo no puede refugiarse ni en la práctica, ni en la teoría. Debe construir su propia identidad. Por eso definimos al alumno que queremos formar como un teórico de su propia práctica", sostuvo.

Para Chalmel el estilo del docente se define por la relación entre los miedos y los riesgos que éste decida tomar. "Hay una forma de no tomar riesgos, la rutina. Ésta hace funcionar cualquier sistema. Sólo podemos oponernos a la rutina si somos capaces de manejar los cuatro aspectos referidos a las limitaciones", señaló.

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