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10 de agosto de 2008

PERSPECTIVAS DE LA ALIANZA ENTRE LA CONCERTACION Y EL PC. ENTREVISTA A C. CUEVAS.



Usa el Facebook como una herramienta más para el activismo sindical. Cristián Cuevas, el líder de los trabajadores subcontratados del cobre, está abocado en estos días a dos "batallas" que tiene por delante: la elección de la directiva de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), donde integra la lista del Partido Comunista, y la búsqueda de votos para los candidatos de su colectividad en las elecciones de octubre, donde será uno de los rostros de la campaña.

Cuevas, 39 años de edad, ex estudiante de trabajo social y ex dirigente sindical en una empresa proveedora de alimentos de Codelco, de la que fue despedido por organizar una huelga en el 2003, recorrerá cada comuna donde vaya un candidato comunista a ocupar un sillón edilicio. Y estima que en octubre el PC tendrá como recompensa un incremento en su votación.

Su liderazgo quedó de manifiesto cuando a la cabeza de la Confederación de Trabajadores del Cobre movilizó a millares de operarios contra la "precarización de los subcontratados".

Hace oídos sordos a quienes lo califican de "agitador" y un día puede estar marchando junto a los estudiantes o hacia el Congreso en Valparaíso, como al otro participar en una conversación en Santiago con la intelectual canadiense Naomi Klein. En todos esos espacios es recibido como un "rock star".

Desde hace un tiempo ha comenzado a sonar como una posible carta presidencial comunista. "No hay que descartar que el presidenciable PC surja desde el movimiento social", advierte.

Un elector que no adhiere a la oposición en una comuna donde hay pacto por omisión, ¿por qué tendría que votar por un candidato comunista a alcalde? ¿Qué ofrecen ustedes?

Los candidatos a alcaldes del PC representan una posibilidad de profundizar y ampliar la democracia a nivel local. Habría que hacerse una pregunta parecida: ¿por qué deberíamos votar en forma sistemática en las segundas vueltas presidenciales a favor de la Concertación?

Hasta ahora la democracia que tenemos no ha dado solución a la exclusión política, no sólo de los comunistas. Esta elección y las que vienen es una posibilidad de profundizar la relación con el pueblo, en los territorios y en las comunidades. Ahora hay que cumplir los acuerdos, los comunistas cumplimos los compromisos.

-¿Qué tipo de municipio, qué modelo de gestión imagina el PC?

-Queremos hacer gobiernos locales ciudadanos vinculados a los problemas que afectan a las comunidades, con una gestión transparente y participativa. Hay que conocer los problemas que hay en las comunidades y plantearnos formas eficientes de gobiernos locales.

-¿Cómo evalúa la gestión en los cuatro municipios que actualmente gobiernan los comunistas?

-En comunas como Diego de Almagro he visto un proceso de participación notable, con inversiones económicas provenientes de proyectos mineros en la zona y también desarrollo de proyectos muy innovadores. Pero hace falta democratizar los gobiernos regionales, descentralizar la asignación de recursos, introducir la elección directa de intendentes y consejeros regionales. Los municipios gobernados por los comunistas han tenido dificultades y problemas, sí, pero hay que entender esto en su contexto; los comunistas no tienen influencia en las instancias donde se decide la distribución de recursos, los presupuestos y las inversiones.

-¿Y estas dificultades por qué no habrían de persistir en las comunas nuevas que eventualmente llegue a ganar el PC?

-Es que si la izquierda no se vuelca a conquistar más municipios no podremos avanzar. Hay que ir a disputar los territorios locales para seguir democratizando. Pero esto también tiene un correlato a nivel nacional, donde es necesario vincular la lucha de los movimientos sociales y de los trabajadores a la lucha política por cambiar, por ejemplo, la institucionalidad que expresa esta Constitución que tiene la firma de Ricardo Lagos, pero que sigue teniendo un origen fáctico. Las elecciones municipales permiten difundir estas ideas, pero los candidatos a alcaldes deben ir a esa batalla pensando en que su trabajo es hacer un Gobierno local pensando en su comunidad.

-En la DC han surgido focos de resistencia al pacto por omisión con el PC, hay quienes lo han calificado como "error histórico". ¿Esto podría afectar las opciones de los candidatos comunistas?

-Advierto que son sectores minoritarios de la DC, pues la mayoría está contra la exclusión. En Los Andes, donde vivo, la DC busca los votos comunistas y creo que sucederá lo mismo en el resto del país.

-Y en Estación Central, ¿cree que aún existe una posibilidad de acuerdo aunque ya esté inscrito un candidato DC? ¿De todas formas la Concertación debería votar por Hugo Gutiérrez?

-Hay que insistir en toda posibilidad que sirva para ampliar el pacto por omisión que permita derrotar a la derecha, tanto en Estación Central como en otras comunas. El objetivo debe ser ganarle a la derecha, hay que seguir conversando, hay que hacer un esfuerzo. Esta es una oportunidad de arrebatarle a la derecha más comunas, y una de ellas es Estación Central.

-¿Este pacto municipal con la Concertación es un anticipo de lo que viene para las parlamentarias y presidenciales?

-Hay una extendida conciencia entre los trabajadores de que el sistema electoral es excluyente, que no hay participación, que las decisiones las toma una elite. La única forma de romper los candados de esta institucionalidad es con más lucha y más organización; los cambios no van a venir por los acuerdos tomados dentro del Parlamento o en el Gobierno. Los pactos por omisión permiten acuerdos limitados, pero no garantizan los cambios que queremos. Los cambios se producirán si masificamos la movilización social, como se hizo en dictadura o como se hizo en otras épocas. Hay que articular a los movimientos sociales con las organizaciones políticas, porque las transformaciones no las hacen estas fuerzas cada una por sí solas.

Sí, el PC debe llevar candidato de todas maneras. Se han dado muchos nombres, como el presidente del partido, Guillermo Teillier, o el juez Juan Guzmán, incluso el senador PS Alejandro Navarro. Pero todavía hay que esperar cómo quedan los resultados municipales. Creo que tampoco hay que descartar que el candidato surja desde los movimientos sociales.

-O sea, alguien como usted. ¿Está dispuesto a ese salto?

-Hay un trecho que caminar todavía, pero los trabajadores aspiramos a que algún día tengamos a uno de los nuestros ahí. Los trabajadores no tenemos por qué renunciar a La Moneda.

-¿Y cree de verdad que el electorado puede llegar a preferir a un trabajador en vez de a un empresario?

-Hay que recorrer ese camino, no tenemos que delegar a otros nuestra representación. Tenemos que buscar convergencias para que los trabajadores tengamos mayoría. Pero este es un proceso de largo plazo. Los grandes empresarios no nos representan".

-Desde el mundo social, de los trabajadores, ¿cómo evalúa a la izquierda, que tiene partidos y sectores dentro de la Concertación y otro pedazo con bastante fragmentación en las fuerzas extraparlamentarias?

-Tengo relaciones muy fraternas con muchas personas que están en la Concertación, pero creo que la izquierda tiene que volver al pueblo, vivir, sentir y conocer los problemas de éste. La izquierda en su totalidad desde el más "suavecito" hasta el más rojo debe volver al pueblo de estos tiempos, que tiene mayores conocimientos, que usa las tecnologías y que ocupa la globalización como suministro de nuevos conocimientos. Si la derecha ha avanzado en Chile es responsabilidad nuestra, porque ha ocupado espacios que eran de la izquierda. Hay que dar las batallas de las ideas, de los territorios y no renegar de lo que hemos hecho y sido en la historia de Chile.

-Pero la izquierda que usted describe parece no tener un proyecto político.

-¿Qué pasaría si nuestro sector tuviera que gobernar ahora con este modelo neoliberal?, preguntaba a unos compañeros. Hugo Chávez está gobernando un Estado con componentes neoliberales y es muy dificultoso, es una tarea titánica. La inequidad no se resuelve con el solo hecho de ganar el Gobierno. Hay que crear las condiciones para hacer transformaciones, pero con el respaldo de millones de personas. Ahora no hay eso, pero hay una esperanza que se está instalando. He sentido en todo Chile que la gente quiere cambios, la gente está cansada. Pero no tiene ni la conducción ni las convergencias para hacerlos. Ese es el trabajo que tenemos en la izquierda, desprendiéndonos de los prejuicios para lograr mayorías.

-El desgaste de la Concertación no lo capitaliza la derecha, pero tampoco la izquierda extraparlamentaria. ¿Por qué sucede eso?

Porque tenemos que ser más audaces. Soy un trabajador que cree que la izquierda tiene que ser más oportuna, levantar un proyecto y propuestas que encanten a esa mayoría que está esperando. Hay que ir con los tiempos y la izquierda tiene que ser abierta, colorida, con toda su historia, pero con propuestas para hoy y el futuro.

Por Libio Pérez / La Nación Domingo

27 de julio de 2008

CRISIS Y DILEMAS DE LA CONCERTACION EN CHILE



La derecha nunca ha ganado una elección y la amenaza de una derrota en las presidenciales proviene de un candidato-sujeto y no de la derecha en sí. Si algo le permite a la Concertación respirar y esperanzarse con salir del atolladero, es que su proceso de declinación y desintegración no tiene como contraparte un claro ascenso de la derecha en su ascendiente sobre la ciudadanía.

Por Antonio Cortés Terzi* / La Nación Domingo

La Concertación ha pasado de un natural y comprensible proceso de declinación a un proceso de desintegración y descomposición. Reconózcase o no, la conciencia o percepción de la apertura de este último proceso es el sustrato y la atmósfera entre la que se desenvuelve la política de la Concertación; configura el contorno y el contexto dentro del cual sus diversos actores piensan, deciden y actúan.

En otras palabras, es la influencia de ese proceso la que define los marcos y grados de introversión que luce la política que desarrollan las fuerzas y centros de poder concertacionistas. Estos centros de poder están afanados en ofrecer o buscar alternativas presidenciales como recursos apropiados y casi únicos para frenar y revertir la desintegración y descomposición.

De ahí que la inmensa mayoría de las acciones de la Concertación estén virtualmente subsumidas por un diseño político electoralizado y presidencializado.

Se simpatice o no con esos afanes y diseños estratégicos, lo cierto es que tienen racionalidad política. El estado actual de la Concertación indica que de los pocos ejes centrípetos y funcionales que pudiera hallar para enfrentar el momento crítico, los más a la mano y eficientes son las competencias electorales y el levantamiento de un liderazgo presidenciable fuerte.

La derecha nunca le ha ganado una elección y la amenaza de una derrota en las presidenciales proviene de un candidato-sujeto y no de la derecha en sí. En efecto, si algo le permite a la Concertación respirar y esperanzarse con salir del atolladero, es que su proceso de declinación y desintegración no tiene como contraparte un claro ascenso de la derecha en su ascendiente sobre la ciudadanía.

Ahora bien, aunque esos esbozos estratégicos tengan racionalidad política, ello no implica que apunten a la construcción de la estrategia más adecuada. Las lógicas que entrañan ni siquiera aseguran la viabilidad de su materialización.

En efecto, son lógicas que parten de una contradicción intrínseca. Un tal diseño sigue una línea asimilable a lo que la Concertación posee de burocrático y conservador. En otras palabras, la oferta que se planea es la misma Concertación de siempre: las mismas figuras, la misma discursividad esencial, la misma ritualidad programática, etcétera.

Pero el drama radica, precisamente, en que es la Concertación de siempre la que está en proceso de descomposición y desintegración. Es cierto que lo que mejor ha resistido a ese proceso es el conservadurismo y la burocracia concertacionista. Sin embargo, no hay ninguna seguridad que ese foco sea suficiente para detener las desafecciones, ni tampoco que sea capaz de seguir evitando las tendencias hacia la desintegración.

Nada garantiza que las burocracias y los conservadurismos pervivan unidos hasta la hora de la verdad para ese diseño: la competencia por el presidenciable.

El problema mayor, no obstante, y que está detrás de todas o casi todas las dificultades de la Concertación, se encuentra en una profunda crisis de hegemonía "político-cultural" interna. Por eso es que no existe, como otrora, un liderazgo natural, y por eso también es que se visualiza la probabilidad de que no haya candidato único, ergo, tampoco el liderazgo fuerte que este esbozo estratégico sugiere.

En otras palabras, es altamente improbable que se arribe a un candidato único y sólidamente representativo de la Concertación, simplemente, porque no hay un ethos, una hegemonía político-cultural que unifique las "almas" concertacionistas.

Aunque para muchos resulte imposible aceptarlo, la verdad es que hasta ahora, o hasta hace muy poco, la hegemonía político-cultural en los gobiernos de la Concertación fue ejercida por pensamientos y políticas derivadas de vertientes demo-liberales transversalmente instaladas en los partidos y en los círculos presidenciales. Siendo minoritarias, se impusieron merced a la transición y al buen funcionamiento de la economía nacional.

Normalizado el país y normalizada la Concertación, esa hegemonía ha venido perdiendo legitimidad y representatividad ante la revitalización del espíritu centro-izquierdista mayoritario en los universos concertacionistas. Pero, pese a su debilitamiento, no se ha producido un traslape hegemónico, sino un vacío o una ausencia de hegemonía. El actual gobierno ha sido en parte responsable y en parte víctima de esa carencia.

¿Por qué no se ha plasmado el desplazamiento de hegemonía hacia el espíritu centroizquierdista? Primero, porque, en lo real-concreto, las dinámicas gubernamentales están, en gran medida, funcional e institucionalmente entrampadas por lindes e inercias demo-liberales. Y, segundo, porque el centro-izquierdismo, aparte de su espíritu, no tiene mucho más.

En definitiva, superar el proceso de desintegración y descomposición que afecta a la Concertación pasa por la reconstrucción de una hegemonía interna. Ello significaría pensar en esfuerzos y tareas que van más allá de las presidenciales, y que abarcan más que las estrategias político-electorales y comunicacionales.

La cuestión del presidenciable y de las presidenciales de 2009 debería estar inmersa y dependiente de los esfuerzos reconstructivos de una hegemonía que reinstale a la Concertación en la senda de desarrollarse como un "bloque histórico" de centroizquierda.


20 de julio de 2008

LA ALIANZA ENTRE LA CONCERTACIÓN Y EL PC SE CONFIRMA



Ya no hay nada que haga naufragar el acuerdo electoral con el PC para terminar con la exclusión política y asegurar una alianza electoral que reduzca la presencia municipal de la derecha. Sin ser aún un matrimonio político, el pacto reconoce públicamente que ambos se necesitan para su supervivencia en el poder.


Justo cuando el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, advirtió públicamente al oficialismo que debe prepararse para perder el poder en 2009, la Concertación estaba haciéndole los últimos retoques a su as electoral: el pacto por omisión con el Juntos Podemos para las municipales de octubre. Este acuerdo involucra principalmente al Partido Comunista, el mismo que ha sido la "pareja ocasional" del bloque del arco iris en las urnas, sobre todo cuando contribuyó con sus votos a los triunfos presidenciales de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet en segunda vuelta.

La fórmula de un pacto por omisión con el PC ha estado presente en la mesa de negociación oficialista de cada elección municipal y parlamentaria los últimos diez años, pero nunca hasta hoy había encontrado eco en toda la Concertación. De hecho, en las parlamentarias de 2001 se barajó, hasta último minuto antes de inscribir los candidatos en el Servicio Electoral, alguna forma de omisión a favor de los comunistas, iniciativa que fracasó por el rechazo de la tienda de la flecha roja, aunque contaba incluso con el beneplácito del ex Presidente Patricio Aylwin. La DC argumentó que se corría el riesgo que el voto blando de la colectividad se fugara a la derecha y, junto con negarse, tampoco dio su venia para que el PS se omitiera unilateralmente en algún distrito a favor del PC, lo que generó un efecto dominó en el resto del oficialismo y boicoteó las opciones del acuerdo.

Hoy el escenario es otro y la DC se transformó en la llave que abrió las puertas a la viabilidad de este pacto. El cambio de actitud, coinvergencia en la Concertación, se sustenta en la coincidencia de los criterios políticos de terminar con la exclusión de las fuerzas de izquierda extra parlamentaria y la posibilidad cierta que con esta alianza aumentan las opciones de arrebatarle a la derecha municipios clave. Pero también añaden en privado- está tácitamente la posibilidad que nuevamente y más que nunca a la luz de las advertencias de Pérez Yoma- los votos comunistas sean fundamentales en la elección presidencial del próximo año. Y si el abanderado de la coalición termina siendo un DC, es mejor comenzar a despejar resquemores desde ya, advierten en el oficialismo.

En las presidenciales de 1999, Ricardo Lagos obtuvo en primera vuelta un 47,96%, en un virtual empate con Joaquín Lavín (47,51%), mientras Gladys Marín consiguió 3,19%. Si bien públicamente la entonces líder del PC decretó libertad de acción, en la segunda vuelta el traspaso de votos fue evidente: el candidato de derecha marcó 48,69% y Lagos se convirtió en Presidente con el 51,31%. Seis años después, en las presidenciales de 2005, Michelle Bachelet alcanzó el 45,96% y enfrentada a Sebastián Piñera en segunda vuelta, ganó la banda presidencial con un 53,50%, cifra en la que se incluye el 5,40% de Tomás Hirsch en primera vuelta -candidato del Juntos Podemos- gracias a que el PC llamó abiertamente a votar por ella.

En la Concertación reconocen que este pacto de omisión es una forma de terminar con el "concubinato electoral" que ha existido con el PC. Algunos son cautos para asegurar que se llegue a un matrimonio político, pero sí hay coincidencia en que representa una poderosa señal para construir una "complementaridad electoral" a nivel parlamentario y posiblemente presidencial en 2009.

"TODOS DEBEN SANGRAR"

Inicialmente las conversaciones de los dirigentes de la Concertación fueron con el PC -las señales comenzaron a principios de año-, pero en las últimas semanas se ampliaron al resto del pacto Juntos Podemos. Los criterios que sustentan este diálogo -terminar con la exclusión política y formalizar una convergencia de fuerzas que permita desplazar a la derecha de alcaldías relevantes- fueron reiterados cotidiana y públicamente por todos los dirigentes y del PC a la salida de cada reunión negociadora de la semana.

Si bien se pensó que el viernes el tema quedaría zanjado y las conversaciones continuarán a partir de mañana, tanto en la Concertación como en el Juntos Podemos garantizan que, más allá de los ajustes que sean necesarios, no hay elementos que hagan fracasar el acuerdo. Este debe quedar sellado obligatoriamente esta semana, ya que el plazo de inscripción de candidatos en el Servicio Electoral vence el lunes 28 a la medianoche. Incluso, no se descarta que dada la relevancia, se anuncie la oficialización del matrimonio, con los presidentes de partidos como una suerte de padrinos.

En términos concretos, el pacto implica un acuerdo marco en 26 comunas, cuyo desglose total no está afinado en un ciento por ciento. Sí está claro que el oficialismo se omitirá en las cuatro comunas donde el PC tiene alcaldes en ejercicio, Tiltil, Canela, Diego de Almagro y La Ligua, para asegurar su reelección. Además, el PC solicitó la omisión de candidatos de la Concertación en otras cuatro localidades -Los Vilos, Pedro Aguirre Cerda, Monte Patria y San Antonio- donde hoy hay ediles oficialistas, para aumentar su representación de alcaldes.

Allí ha habido divergencias. La DC anunció que no entregará Monte Patria y el PRSD se negó a hacerlo en San Antonio. Pero el PPD ya accedió -en reserva- a entregar Pedro Aguirre Cerda, y el PS haría lo mismo con Los Vilos, anuncios que solo se formalizarán públicamente una vez sellado el pacto.

En la Concertación confidencian que "todos deben sangrar" para cerrar el acuerdo, premisa en la que coinciden incluso aquellos que públicamente han dicho que no entregarán ciertas comunas. En privado reconocen que el PC ha aceptado la postura de la DC y el PRSD, que han decido compensar con otras comunas al Juntos Podemos para lograr un equilibrio.

Un tercer elemento de la negociación es la nómina de ocho comunas donde actualmente el alcalde es de derecha. Dicha lista está encabezada por Estación Central, donde los cálculos coinciden en que, si bien el PC obtuvo un 16% de los votos en las municipales de 2004, la omisión no bastaría para garantizar el triunfo de un comunista, debido a que dicha comuna tiene un fuerte y tradicional electorado DC que hace complejo el traspaso de votos.

Otras comunas son La Florida (aún por definir candidato); Huechuraba (el PPD Sergio Escobar); Recoleta (la DC Francisca Zaldívar); y Renca, donde la omisión funcionaría desde el PC para favorecer las opciones de la Concertación.

Ajustes más o comunas menos, el objetivo es claro: sumar votos para arrebatar a la derecha la mayor cantidad de municipios. En el Juntos Podemos afirman que así el pacto por omisión demostraría haber sido un acierto y, si de paso logran aumentar aunque sea en uno sus alcaldes en ejercicio, habrá sido todo un éxito. LND


LAS BATALLAS DE OCTUBRE

Gran parte de las disputas simbólicas en la elección son los municipios que puede recuperar la Concertación. La lista la encabeza Santiago, donde el DC Jaime Ravinet, según las encuestas, vencerá al UDI Pablo Zalaquett. Un dato a considerar: hace cuatro años, Jorge Schaulsohn obtuvo un 45,78% y Raúl Alcaíno el 49,04%, pero -afirman en la Concertación- a favor de Ravinet juega que es carta conocida y probada en esa comuna.

La Florida también puede volver a manos oficialistas. Cuentan con un piso de 46,55% en 2004 -sólo un punto menos que Zalaquett, que se cambió a Santiago- y aunque aún no se define al candidato, afirman que sea DC, PS o PPD ganan igual. A esta categoría se suman comunas como Huechuraba, Recoleta y Renca, que pertenecen a la UDI pero sus alcaldes han estado fuertemente cuestionados por irregularidades a sus gestiones. En las dos primeras, además, el gremialismo no ha tenido éxito en buscar reemplazantes.

La Concertación aún no resuelve el candidato a alcalde en 20 comunas, entre ellas Talca, Chillán, Temuco y Arica. En estas dos últimas RN pone sus fichas. La no reelección de Francisco Huenchumilla, la indefinición de candidato del oficialismo y el 39,93% que obtuvo RN en 2004 les hacen pensar en podrán ganar la capital de la Araucanía. En el norte, al alcalde RN Carlos Valcarce (45,27% de los votos) la Corte Suprema le restituyó esta semana sus derechos políticos al anular el juicio en su contra por fraude al fisco, lo que le devolvió el optimismo a la Alianza.

También suman opciones en Punta Arenas. El DC Juan Enrique Moreno, elegido en 2004 con el 40,04%, va a la reelección, pero Wladimiro Mimica se postula con el apoyo del senador Carlos Bianchi, con fuerte liderazgo regional, quien hace cuatro años sacó el 37,24%.

Pero lo cierto es que el verdadero triunfo de RN será el equilibrio de fuerza interna que espera logrará frente a la UDI, después de 10 años, al interior de la Alianza por Chile. Hace cuatro años sus socios sacaron el 18,81% de los votos, 404 concejales y 51 alcaldes, mientras RN llegó sólo al 15,09%, con 38 alcaldes y 386 concejales.

Hoy, ese escenario se podría invertir. La perdida que sufrirá la UDI de varias de sus comunas clave, el aumento de dos a tres puntos de la votación RN y el alza en un 10% de su stock de concejales, afirman, los hacen saborear en silencio un auspicio escenario. Ah, y además tienen ellos al candidato presidencial.

La Nación Domingo.cl

11 de julio de 2008

MERCANTILISMO Y DESENCANTO EN LA SOCIEDAD. SOBRE LA ENCUESTA CEP


La desesperanza

A ningún ministro, parlamentario, candidato o asesor le da vergüenza que quiebran universidades o se cierran carreras universitarias, y se echa a cientos de estudiantes a la calle, sin que a nadie le importa nada. Ernesto Ottone, encargado de la oficina política del ex Presidente Lagos y alto funcionario de la CEPAL, declara en un seminario que la educación gratuita universitaria ‘’no es una religión’’ e incluso puede ser regresiva.

Por Santiago Escobar Sepúlveda

La encuesta de opinión del Centro de Estudios Públicos conocida el día de ayer es el primer apronte electoral duro entre los posibles candidatos a la elección presidencial del año 2009. Pero sus resultados también admiten otra lectura. Son una prueba contundente del escepticismo y desesperanza que empieza a predominar en la ciudadanía, y que podría madurar de un modo impredecible.

Dos son las cifras que conmueven en este sentido. La primera es la relativa a la situación económica que oscila entre la resignación y la crítica. El 45% la califica de mala o muy mala, el 41% señala que no es ni buena ni mala, y el 54% que dice que no cambiará. Pese al enorme esfuerzo de gasto público social del actual gobierno.

La segunda se relaciona con la identificación política. El 52% de los encuestados dice que no se identifica ni con la Concertación, ni con la Alianza ni el Juntos Podemos. Es decir la izquierda y la derecha unida sí son vencidas por la desafección política.

Por cierto no se trata ni de una crisis social ni tampoco de un antagonismo profundo frente a las desigualdades. Simplemente expresa, a mi juicio, un malestar profundo y larvado frente a la política, a lo que ella ofrece como programa, que la deja desnuda en su juego de cálculo instrumental, muy lejos de lo que la ciudadanía está pensando o sintiendo.

Sin embargo sería erróneo pensar que ello se remedia con un reencantamiento programático de la gente por parte de la política tradicional. Los síntomas corresponden a un mal más profundo, que en lo esencial remite a los abusos que las desigualdades del sistema han instalado, y que el estado de derecho vigente es incapaz de contener o equilibrar.

En el momento mismo de la discusión nacional de la Ley General de Educación, con movilizaciones estudiantiles y gremiales de por medio, a las cuales pocos prestan atención, quiebran universidades o se cierran carreras universitarias, y se echa a cientos de estudiantes a la calle, sin que a nadie le importa nada. No tiene consecuencias políticas que los establecimientos educacionales, a vista y paciencia de las autoridades, hayan enganchado a miles de estudiantes con publicidad engañosa, muchos de los cuales sus familias contrajeron deudas o hipotecaron bienes para costear los estudios.

A ningún ministro, parlamentario, candidato o asesor le da vergüenza que ello ocurra en el país que gobiernan o han gobernado. Ernesto Ottone, encargado de la oficina política del ex Presidente Lagos y alto funcionario de la CEPAL, declara en un seminario que la educación gratuita universitaria “no es una religión” e incluso puede ser regresiva.

La pregunta obvia es ¿regresiva para quién? ¿Para los más pobres tal vez? Tales frases son la expresión más ideologizada de la teología del mercado, es decir, son “pura religión”. Y sirven para argumentar en la búsqueda del consenso legislativo en torno al concepto de lucro mientras el mercado ya se devoró la educación pública de calidad.

Situaciones como esa son las que transforman a la política en algo excéntrico a la gente. Porque la transforman en un ejercicio al margen del mundo real, mientras las reivindicaciones de derechos sociales aparecen como memorias nostálgicas impropias de un mundo globalizado.

Lo que ocurre en educación, tema fundamental según la encuesta CEP, también ocurre en la cadena de abusos laborales, que va más allá del problema de la subcontratación y toca la esencia misma del cálculo salarial. Bien saben las grandes cadenas de retail que su expansión tiene el subsidio oculto de cálculos salariales hechos a bases de comisiones y no de un sueldo asegurado como derecho, entre otras muchas situaciones. Lo mismo ocurre con las cuentas de servicios de electricidad, gas, telefonía o la venta de seguros, o el uso de las vías concesionadas o, ¿para qué seguir?

La pregunta que anda flotando en el aire y que está implícita en la encuesta del CEP es ¿quién nos representa en este cuadro? Este también es un dato duro de ella que puede dar al traste con más de un cálculo electoral actual, y que los eventuales candidatos, y también los que no lo son, debieran responder de manera seria. Porque lo que está en juego, aunque la encuesta CEP no lo explícita, es la legitimidad del sistema democrático, pues la ciudadanía está enferma de desesperanza.

EL MOSTRADOR.CL

23 de mayo de 2008

José Miguel Insulza y el MAPU. Trayectoria política.

Tras realizar el bachillerato en el Saint George’s College, un centro privado regentado por la congregación católica estadounidense de la Santa Cruz (Holly Cross), José Miguel Insulza, actual Secretario General de la OEA y precandidato presidencial del PS chileno, emprendió estudios superiores en la Universidad de Chile, donde se licenció en Derecho, y los continuó en la Universidad de Michigan, Estados Unidos, por la que obtuvo una maestría en Ciencia Política.

Entre medio, realizó un posgrado en la sede académica en Santiago de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Más atraído por la docencia y el servicio público que por la abogacía en el ámbito privado, en 1969 emprendió su andadura profesional como profesor de Teoría Política en la Universidad de Chile y de Ciencia Política en la Universidad Católica de Chile.

En su etapa de educando fue vicepresidente de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH) y de la Unión de Federaciones Universitarias de Chile (UFUCH). Joven con vivas inquietudes de reformismo social, políticamente empezó estando adscrito al Partido Demócrata Cristiano (PDC) de Patricio Aylwin Azócar, Radomiro Tomic Romero, Bernardo Leighton Guzmán y Eduardo Frei Montalva, quien llegó a la Presidencia de la República en 1964. El 19 de mayo de 1969, una facción disidente ubicada en el ala más progresista del PDC de la que formaban parte Insulza y otros militantes jóvenes como Rodrigo Ambrosio, Alberto Jerez Horta, Jacques Chonchol Chait y Julio Silva Solar se separó para formar el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU).

Teniendo como jefe al veterano diputado Rafael Agustín Gumucio Vives, quien fuera el primer presidente del PDC cuando la fundación del partido en 1957, el MAPU adoptó un programa radical en favor de la reforma agraria y de un modelo marxista de organización del Estado y la sociedad que se consideraba coherente con la doctrina social del cristianismo. La formación encontró muchos puntos en común con el Partido Socialista (PSCh) de Salvador Allende Gossens, así que respaldó la candidatura de éste en las elecciones presidenciales de septiembre de 1970. Tras el triunfo electoral de la coalición pro Allende, Unidad Popular (UP), de la que también formaban parte los comunistas, los radicales, los socialdemócratas y los populares independientes, muchos cuadros del MAPU se integraron en el Gobierno y la Administración.

Insulza, por el momento, continuó dando clases en las universidades santiaguinas, pero adquirió una presencia pública nacional como polemista en un programa televisivo de debates políticos. Fue en 1972 cuando debutó en la función pública como asesor político en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde sirvió a las órdenes de los cancilleres socialistas Clodomiro Almeyda Medina y Orlando Letelier del Solar, y como director de la Academia Diplomática de Chile.

El 7 marzo de 1973, tres días después de las elecciones legislativas que ganó la UP, Insulza secundó a Jaime Gazmuri Mújica, miembro del Comité Nacional de la UP, en la ruptura de una corriente del MAPU que pretendía propiciar un núcleo moderado de apoyo a Allende, el cual sufría por su derecha el acoso de un sector de las Fuerzas Armadas y de los partidos conservadores de la oposición, y desde el lado opuesto las presiones de la extrema izquierda y el sector mayoritario del PSCh que encabezaba el secretario general desde 1971, Carlos Altamirano Orrego.

El grupo de Insulza y Gazmuri adoptó la etiqueta de Obrero y Campesino (MAPU-OC, o MOC), proclamó su lealtad a Allende, se aproximó al Partido Comunista (PCCh) y sondeó el diálogo con los sectores progresistas del PDC, mientras que el MAPU ortodoxo, capitaneado por Óscar Guillermo Garretón Purcell, subsecretario de Economía en el Gobierno, se reafirmó en la doctrina marxista-leninista, expresó su rechazo al gradualismo y abogó por el maximalismo reformista. A pesar de sus discrepancias de pensamiento y estrategia políticos, los dos MAPU siguieron colaborando en el seno de la UP.

El golpe militar cruento encabezado por el general Augusto Pinochet Ugarte el 11 de septiembre de 1973 le pilló a Insulza de regreso de una conferencia política en Argel. Instalado provisionalmente en París, dio comienzo para él un exilio que se prolongó hasta casi el final de la dictadura, década y media después. En calidad de encargado de las relaciones internacionales del MAPU-OC, colaboró en la organización de la resistencia contra la dictadura en el exterior mientras en Chile la represión se abatía sobre el partido, declarado ilegal como el resto de las formaciones de la izquierda y diezmado por los encarcelamientos, las desapariciones y las ejecuciones extrajudiciales. Los seis primeros años de su expatriación los pasó en Roma, tiempo en el que cultivó los contactos con los gobiernos comunistas del bloque soviético.

En 1981 fijó su residencia en México D. F., donde se ganó la vida como investigador del Instituto de Estudios de Estados Unidos (IEEU), dependiente del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE). Paralelamente, retomó la docencia en las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) e Iberoamericana (UIA), y en el Instituto Matías Romero (IMR), centro que impartía estudios diplomáticos y formaba a los futuros cuadros de la Secretaria de Relaciones Exteriores del Gobierno mexicano. En 1985 se convirtió en director del IMR. México fue para Insulza una patria de adopción, donde rehizo su vida profesional y conoció a la que hizo su esposa, Georgina Núñez Reyes, una hija del país, con la que tuvo tres hijos.

En cuanto a la militancia partidista, Insulza trabajó por la aproximación del MAPU-OC, el MAPU y la Izquierda Cristiana (IC, otra escisión del PDC, fechada en 1971) a los renovadores del PSCh. El abrazo de las definiciones del socialismo precedió la articulación en 1983 del llamado Bloque Socialista (BS), que agrupaba a los dos MAPU, la IC, la Convergencia Socialista y una minoría del PSCh, y que entabló relaciones con los otros dos bloques de la oposición antipinochetista, creados ese mismo año: la Alianza Democrática (AD), conducida por el PDC, la mayoría del PSCh y el Partido Radical (PR), y el Movimiento Democrático Popular (MDP), al que daban vida el PCCh y los socialistas de Clodomiro Almeyda. Los partidos del BS suscribieron el Manifiesto Democrático de marzo de 1983 que alumbró la AD y de hecho se coordinaron con el PDC y la mayoría del PSCh.

En julio de 1987 el Gobierno militar publicó una lista con los nombres de 44 exiliados políticos que podían regresar a Chile sin temor a sufrir represalias. Insulza era uno de ellos, pero el politólogo prefirió demorar la repatriación hasta después del plebiscito del 5 de octubre de 1988, en el que ganaron los votos negativos a la propuesta de Pinochet de renovar el mandato presidencial de ocho años de que se había arrogado mediante la Constitución de 1980, y que principió la transición a la restauración democrática.

El XXIV Congreso del PSCh, el 27 de diciembre de 1989, cerró una década de divisiones orgánicas en el socialismo chileno. Sin embargo, la reunificación de las numerosas tendencias que reclamaban el legado del antiguo PSCh no supuso la absorción del MAPU-OC, actualmente presidido por Fernando Ávila Illanes, tal como habrían querido Insulza y otros responsables que desde finales de la década precedente se habían afanado en esa convergencia con la fuerza mayoritaria de la izquierda chilena.

En estas circunstancias, Insulza abandonó el MAPU-OC, estrenó la condición de militante socialista y siguió participando activamente en la Concertación de Partidos por la Democracia, alianza fraguada por el PSCh, el PDC, el PR, el Partido por la Democracia (PPD), el Partido Socialdemócrata (PSD) y otras fuerzas menores a rebufo de la victoria del No en el referéndum del año anterior y que, con el respaldo exterior del PCCh, llevó al democristiano Aylwin a la Presidencia de la República en las históricas elecciones democráticas del 14 de diciembre de 1989.

Durante la Administración de Aylwin, inaugurada el 11 de marzo de 1990, Insulza fue reclutado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, cuyo titular era el ex presidente del PR Enrique Silva Cimma, y fungió sucesivamente de embajador para la Cooperación Internacional, director de Relaciones Económicas Multilaterales del Ministerio y vicepresidente de la Agencia de Cooperación Internacional (AgCI). En añadidura, adquirió sendas membresías en el Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales (CCRI) y la Asociación Chilena de Ciencia Política (ACCP).

Tras la asunción presidencial, justo cuatro años más tarde, del democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle, el político socialista fue designado subsecretario (viceministro) del Ministerio, teniendo ahora como superior a Carlos Figueroa Serrano, también del PDC. El 20 de septiembre del mismo año, 1994, Frei ejecutó una remodelación ministerial por la que Figueroa asumió la cartera de Interior e Insulza ocupó su puesto en Exteriores. Entonces trascendió que la dirección del PSCh, que percibió los cambios en el Ejecutivo como una maniobra unilateral de Frei para ampliar la influencia de su partido en la Concertación, estaba molesta porque Insulza no le había sometido a consulta su nombramiento antes de hacerlo efectivo.

En el lustro que sirvió como canciller de Chile, Insulza llevó a cabo una intensa labor diplomática que estuvo centrada en la integración económica de Chile. En este terreno, destacaron hitos como el ingreso en la Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) el 15 de noviembre de 1994, los tratados de libre comercio bilaterales con Canadá, del 5 de diciembre de 1996, y México, del 17 de abril de 1998, y la aproximación también al Mercado Común del Sur (MERCOSUR) de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, bloque con el que el 25 de junio de 1996 se adoptó un Acuerdo de Complementación Económica en torno a un área de libre comercio Chile-MERCOSUR que debía servir de antesala al ingreso en la organización como miembro de pleno derecho. Aunque aquí las concreciones no llegaron hasta después de abandonar Insulza el Ministerio, también se condujeron negociaciones librecambistas con los países de Centroamérica y la Unión Europea.

Las gestiones positivas del Ministerio de Relaciones Exteriores convirtieron a Santiago en la capital anfitriona de la VI Cumbre Iberoamericana, el 10 y 11 de noviembre de 1996 (con extensión en Viña del Mar), y la II Cumbre de Las Américas, el 18 y 19 de abril de 1998. Insulza se ganó a pulso una reputación de hombre enérgico, testarudo y emocional, pero la polémica envolvió su actuación a raíz del arresto en Londres, en octubre de 1998, y del posterior proceso de extradición a España del general Pinochet, al que la justicia de este país reclamaba por su presunta responsabilidad criminal en numerosos casos de violaciones de los Derechos Humanos durante su dictadura

Como ejecutor de la estrategia de Frei consistente en mantener un equilibrio entre sus deberes institucionales como presidente, negando el alcance extraterritorial de la justicia española sobre un representante del Estado chileno, senador vitalicio para más señas, y exigiendo a los gobiernos español y británico la no injerencia y el respeto a la soberanía nacional, y sus inclinaciones políticas, admitiendo que Pinochet podría ser enjuiciado en su propio país si así lo decidía el Congreso, Insulza hizo una enérgica defensa de los principios de Estado y hasta reclamó personalmente en Londres la liberación del ex dictador por razones humanitarias, aunque en todo momento recalcó que Chile ya contaba con un poder judicial capacitado para procesarle y juzgarle eventualmente por los mismos delitos de torturas, terrorismo y genocidio imputados por la Audiencia Nacional española.

En los medios izquierdistas chilenos se atacó esta aparente contradicción vital en quien había tenido que marcharse del país después del golpe de 1973 y que había visto cebarse la represión militar en camaradas y amigos, aunque otra corriente de la opinión pública nacional tendió a valorar sus gestiones con expresiones de respeto y aprobación. A Insulza se le consideró el artífice de las sucesivas fórmulas planteadas por el Gobierno chileno para terminar con un asunto que le resultaba tremendamente embarazoso y engorroso, las cuales, empero, merecieron una lluvia de reproches nacionales e internacionales por lo que implicaban, de entrada, de impunidad de los crímenes imputados.

Así, Insulza barajó y propuso recurrir a un "tribunal internacional de arbitraje" para decidir qué país y qué institución eran competentes para juzgar a Pinochet, corte que podría ser el propio Tribunal Internacional de Justicia de La Haya –en virtud de la Convención contra la Tortura de 1984-, o bien negociar la solución de la controversia directamente con el Gobierno de España en el plano político extrajudicial -a pesar de que aquel estaba obligado a cursar la orden de extradición dictada por la Audiencia Nacional-. Y en todo momento, insistió ante el Gobierno británico en la consideración de que el súbdito Pinochet debía ser liberado en atención a su salud y su avanzada edad.

La cascada de desplazamientos y declaraciones confirió a Insulza un protagonismo internacional que opacó el relieve de Frei y recubrió la Cancillería de un barniz político y personal insólito, excesivo para la tradición diplomática chilena. En consecuencia, el 22 de junio de 1999 Frei apartó a Insulza del Ministerio de Exteriores y le puso al frente de un puesto ministerial más sosegado y menos ingrato, la Secretaría General de la Presidencia, en reemplazo de John Biehl del Río. Los comentaristas vieron en este nombramiento un premio, y no una sanción. Los fragores del caso Pinochet no menguaron, aunque ahora, quien debía lidiar con ellos era el ministro Juan Gabriel Valdés. De todas maneras, en enero de 2000 el empecinamiento de Insulza, a posteriori, iba a dar sus frutos, ya que el ministro británico del Interior, Jack Straw, ordenó la puesta en libertad de Pinochet por razones meramente humanitarias.

El 11 de marzo de 2000 tomó posesión el tercer presidente consecutivo de la Concertación, el socialista Ricardo Lagos Escobar, quien retuvo a su conmilitón en el Ejecutivo en calidad de ministro del Interior, oficina que lleva implícita la función de vicepresidente de la República. En el quinquenio siguiente, Insulza fue el consultor privilegiado de Lagos, que sometía a su valoración o recogía sus propuestas en todo lo concerniente a las políticas internas, convirtiéndole en su mano derecha.

El Gobierno chileno postuló a Insulza para la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) después de que el costarricense Miguel Ángel Rodríguez Echeverría se viera obligado a dimitir el 8 de octubre de 2004, cuando no llevaba ni un mes en el cargo, al ser reclamado por la justicia de su país para que rindiera cuentas por unos presuntos actos de corrupción cometidos durante su mandato presidencial (1998-2002), y también después.

Insulza se topó con otros dos aspirantes al puesto: el salvadoreño Francisco Guillermo Flores, que acababa de terminar el ejercicio presidencial en el país centroamericano y que gozaba del parabién de la Administración de George W. Bush, y el actual canciller de México, Luis Ernesto Derbez. Primero, el 8 de abril de 2005, Flores se retiró de la liza al comprobar que estaba lejos de reunir los apoyos necesarios entre los estados miembros debido a su perfil marcadamente proestadounidense (bajo su mandato, El Salvador se había convertido en el único país del continente que continuaba teniendo tropas en Irak, aparte de Estados Unidos) y neoliberal en economía. De esta manera, Flores vio defraudada su expectativa de que se preservara el consenso sobre la permanencia de un centroamericano en la Secretaría General, después de la inesperada baja de Rodríguez.

Entonces, Estados Unidos, que desde la creación de la OEA en 1948 siempre había conseguido imponer a sus predilectos para la Secretaría General con un talante claramente hegemónico, trasladó su preferencia a Derbez de manera tácita. Evidentemente, Insulza, con su filiación a un partido que se llamaba a sí mismo socialista y su identificación con la corriente soberanista, en boga en el Cono Sur y otros puntos del subcontinente, que sostenía una visión hemisférica menos condescendiente con los intereses del poderoso vecino del norte y más atenta a las especificidades latinoamericanas (aunque Insulza, en la práctica, se había revelado como un moderado en todos los aspectos), no podía suscitar grandes simpatías en la Casa Blanca. Además, era conocida su postura favorable a la reintegración de Cuba en la OEA y, a mayor abundamiento, disponía del soporte de la Venezuela de Hugo Chávez. Con todo, el chileno era el favorito, y esperaba reunir 20 votos nacionales, dos más de los necesarios para ser proclamado secretario general.

El 11 de abril, Insulza y Derbez se sometieron al sufragio de la Asamblea General de la organización, reunida en Washington en su XXX período extraordinario de sesiones, pero cinco rondas no fueron suficientes para deshacer el empate a 17 votos. De cara al segundo intento, programado para el 2 de mayo, las diplomacias chilena y brasileña se movilizaron a fondo para captar votos para Insulza, que ganó así los respaldos adicionales de Paraguay, Colombia, Panamá y Haití. Viendo que tenía la partida perdida y en aras del "consenso", la Secretaría de Estado de Estados Unidos convenció a Derbez para que abandonara, cosa que sucedió el 27 de abril.

La autoexclusión del mexicano convirtió a Insulza en el virtual secretario de la OEA, ya con la obligada aquiescencia de Estados Unidos. El 2 de mayo se efectuó la preceptiva votación y el ministro chileno recibió 31 votos, los de todos los países miembros salvo México y Bolivia, que se abstuvieron, y Perú, que votó en blanco. Las posturas de los dos países andinos reflejaron la pertinacia de sus respectivos contenciosos bilaterales con Chile.

En el caso boliviano, concurría el litigio histórico por la pérdida de una salida al océano a raíz de la guerra del Pacífico en 1879; siendo ministro de Exteriores, Insulza, haciendo de portavoz de la posición oficial de su país, se había negado reiteradamente a asumir que ahí hubiera un conflicto territorial no resuelto, aunque recordó la disposición de su país a restablecer las relaciones diplomáticas. En cuanto al Perú, el malestar se nutría de la supuesta venta de armamento chileno al Ecuador durante la guerra que enfrentó a los dos países en la cuenca amazónica del río Cenepa a principios de 1995.

El 26 de mayo de 2005 Insulza tomó posesión como el noveno secretario general y el segundo chileno –después de Carlos Gregorio Dávila Espinosa, elegido en 1954 y fallecido en ejercicio en 1955- en la historia de la organización, siendo su mandato de cinco años, abiertos a renovación una sola vez. En sus alocuciones iniciales, recalcó su disposición a trabajar para superar "la equivocada percepción de irrelevancia" que la opinión pública tenía de la OEA, aprobar la Carta Social de Las Américas, actualmente en fase de negociación, y dar una "aplicación efectiva" a la Carta Democrática Interamericana adoptada en 2001.

http://www.cidob.org/es/documentacion/biografias_lideres_politicos/america_del_sur/chile/jose_miguel_insulza_salinas

22 de mayo de 2008

Defensa de derechos laborales en discurso de Bachelet ofusca a la derecha

La Alianza en la encrucijada

Con anuncios en materia laboral Bachelet abre temporada de campañas. Aunque en el tema de la negociación colectiva no hubo acuerdo al interior de la llamada Comisión Meller, la mandataria sorprendió a la derecha anunciado una serie de iniciativas en esa línea. Lo que, por un lado, ratifica la tesis de que las materias laborales son la mejor carta de la Concertación para enfrentar procesos electorales y, por otra parte, le entrega al ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, la manija del debate político para los próximos meses.

Claudia Rivas A., El Mostrador.cl

En la que fue la cuenta pública más larga de su administración, la Presidenta Michelle Bachelet hizo un extenso balance acerca de los logros de su gobierno. Junto con ello, los anuncios en el área social fueron acogidos favorablemente por la Concertación y, como era de esperar, la derecha se mostró decepcionada por la “falta de autocrítica”. Pero las propuestas en materia laboral son, sin duda, las que generarán más controversia dado que el período que resta de su mandato estará marcado por procesos electorales.

Desde el regreso a la democracia las reformas laborales han sido el talón de Aquiles de la Alianza y la fortaleza en que se han sustentado los triunfos electorales de la Concertación. No por nada el senador Pablo Longueira (UDI) adjudica la derrota de Joaquín Lavín, frente a Ricardo Lagos, a los proyectos sobre esta materia que Eduardo Frei envió al Congreso entre la primera y segunda vuelta, durante la disputa presidencial de 1999.

Todo indica que de frente a las municipales de octubre el escenario no será distinto. En la Concertación y en el mundo del trabajo están concientes de que las reformas laborales son un tema sensible para la oposición y no menos para el empresariado. Tanto es así que tras el discurso de la mandataria el presidente de la CUT, el socialista Arturo Martínez, advirtió que “vamos a estar atentos a los contenidos de los proyectos que representen nuestras demandas y que lleguen al Parlamento lo antes posible”.

Ello porque Bachelet asumió el compromiso de avanzar en materia de negociación colectiva y en el fortalecimiento de los sindicatos. “Queremos más y mejor negociación colectiva, porque esa es la mejor herramienta para asegurar el fluido diálogo entre trabajadores y empresarios”, dijo.

A partir de esta premisa hizo una serie de anuncios en la línea de consagrar una antigua aspiración de los trabajadores que apunta a fortalecer los sindicatos. Por lo que eliminar la posibilidad de constitución de grupos negociadores paralelos es considerado un avance importante por Martínez. Pese a ello el dirigente de la multisindical recordó que la eliminación del reemplazo durante la huelga es aún una deuda pendiente.

Pero en la Concertación admiten que los avances que intenta hacer Bachelet en esta materia chocarán “inevitablemente con el rechazo que la derecha siempre ha manifestado a los cambios en este ámbito”.

De hecho, el senador socialista Pedro Muñoz reconoce que si el gobierno envía en los próximos meses los proyectos tendientes a fortalecer el aparato sindical, este debate “puede formar parte de las contiendas municipales”. Asimismo, si la discusión se prolonga más allá de octubre “no podría negar que también va a tener incidencia en las parlamentarias y presidenciales” del próximo año.

Ello porque en el oficialismo están ciertos, por experiencias anteriores, de que los temas laborales “no concitan el respaldo de la derecha”. Aunque Muñoz cuenta con la posibilidad de que las iniciativas se puedan aprobar con el respaldo de los independientes, que podrían alinearse con la Concertación.

Negociación colectiva este año

La determinación de la Presidenta de abordar el tema de la negociación colectiva y el fortalecimiento sindical, también señala la línea que adoptará en lo que resta de su mandato, en materia laboral. Para un importante sector de la Concertación además demuestra la “afinidad” de la mandataria con las ideas promovidas por el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade.

Si bien acogió algunas de las propuestas del Consejo de Equidad, como el subsidio al trabajo y el mejoramiento al seguro de cesantía, a las iniciativas ligadas a la negociación colectiva les dio especial relevancia, pese a ser resistidas por un amplio espectro de los integrantes de dicha instancia.

Así, pese a quien le pese, Andrade asumirá un rol político relevante en los próximos meses. De hecho, aunque Bachelet no dio fecha para enviar al Congreso el proyecto sobre negociación colectiva, el secretario de Estado aseguró que será “este año, de todas maneras” y aclaró que ya el gobierno tiene la información de la labor realizada por la Comisión Meller en esta materia, por lo que ahora sólo resta elaborar la iniciativa. Admitiendo que al interior de la mencionada instancia hubo controversia respecto a este tema.

A juicio de Andrade lo que hizo la mandataria al incluir en el mensaje de este año la necesidad de avanzar en materia de negociación colectiva no fue más que honrar su palabra. Recordó que “es el cumplimiento de una promesa que la Presidenta tiene hecha en su programa. Más y mejor negociación colectiva está inscrito dentro de sus compromisos programáticos y lo que ha hecho hoy día no sólo es reiterarlo, sino que lo más importante es que ha fijado un cierto marco para que ese compromiso se cumpla”.

El ministro valoró también el anuncio acerca de eliminar la inhabilidad que pesa sobre los dirigentes sindicales para postular a cargos públicos, lo que actualmente les impide llegar al Parlamento. Una medida con nombre y apellido, ya que el actual presidente de la CUT está explorando hace tiempo la posibilidad de postular al Congreso.

Pero lo más decidor es que aunque los proyectos aún no ingresan al Congreso, ya se abrió el debate. A sólo minutos de concluido el mensaje presidencial, la UDI criticó la importancia que la mandataria dio al fortalecimiento del sindicalismo dado que, según lo ven en la tienda opositora, el porcentaje de trabajadores sindicalizados es ínfimo.

A lo que Andrade respondió que viniendo de la UDI “eso no es una novedad” y que el gremialismo no quiere ver en el anuncio “el sello social del gobierno”.

12 de mayo de 2008

JOSE MIGUEL INSULZA, EL VERDADERO RIVAL DE LAGOS? ENTREVISTA.

Ex pánzer de La Moneda dice que las encuestas "no me preocupan demasiado" porque las que "valen" son a partir de octubre. Y espera que -igual que la vez anterior- si "alguien tiene una ventaja evidente" ni siquiera se hagan primarias. Raya la cancha: Ayudará a candidatos, pero "no puedo salir a hacer campaña porque soy secretario general de la OEA, hago lo que puedo hacer". "El mundo está lleno de candidatos a los que se les pasó el cuarto de hora. Las cosas ocurren como ocurren... He declarado mi disponibilidad, pero no mi obsesividad".

Por María José Gómez, La Segunda.cl

El tema lo cautiva y a la vez lo colma. José Miguel Insulza sabe que apenas pisa Chile se desata un bombardeo natural de preguntas sobre su futuro presidencial, más aún cuando voces del PS quieren acelerar incluso su regreso a Chile. Como ducho ex pánzer de La Moneda, lo enfrenta curtido y con un norte claro: no zanjará su futuro en la OEA antes de las municipales de octubre y tampoco le quitan el sueño las encuestas -bajó en las dos últimas- porque para él las que "valen" son a partir de noviembre, post comicios.

Pero también se enoja a la mitad de la entrevista, reclamando no ser ni comentarista de "métodos presidenciales" ni analista de "juegos de competencias electorales". Lo cierto es que tras una maratónica agenda -que incluyó desde reuniones con la Presidenta y el PS, a una selecta comida con empresarios-, Insulza dejó Chile con "la primera estación" clara de su itinerario político: los socialistas no definirán su carta hasta después de las elecciones. Luego vendrá el «segundo tiempo» que es zanjar, espera él, un abanderado único de la Concertación.

Entremedio, irá y vendrá. De hecho, ya tiene su próximo periplo fijado para el 17 de mayo. Se tomará fotos con los "compañeros y amigos" que se lo pidan -recalca que "no será la primera ni la última vez", que ya lo hizo al irse a la OEA en 2005 y cuando ha vuelto-, y acota que se han inmortalizado con él "militantes de otras tiendas, incluso más allá de la Concertación", pero no suelta nombres. En su visión, "nada me impide hacerlo y lo voy a hacer. Sin embargo -y siempre lo he dicho-, lo haré en la medida que sea compatible con mis obligaciones como secretario general de la OEA".

-¿Esas actividades son suficientes para repuntar en las encuestas?

-No puedo salir a hacer campaña porque soy secretario general de la OEA; por lo tanto, hago lo que puedo hacer. La gente en la vida tiene que reconocer los límites que tiene. Ahora, las consecuencias de eso cada uno las enfrenta como quiere, pero no voy a salirme de mis obligaciones para hacer cosas que no puedo hacer.

-¿Por qué dice que no le preocupan los sondeos?

-Me encantan las encuestas y las miro con mucho entusiasmo, pero no hay que darles más importancia en un período que no es ni electoral. El próximo año empiezan a preocupar las encuestas. Y me parece negativo que se siga hablando tanto de las campañas presidenciales...

-Con las demás cartas activas en Chile, ¿no se le puede pasar el cuarto de hora?

-Uuyyy... El mundo está lleno de candidatos a los que se les pasó el cuarto de hora. Las cosas ocurren como ocurren, y yo hago lo que puedo hacer. He declarado mi disponibilidad, pero no mi obsesividad. Agradezco que piensen en mí, les voy a cumplir en todo, pero aquí nadie está ni obcecado, es lo peor que le puede pasar a la gente con ese tipo de cosas, porque viviría muy amargado.

-¿Y qué le dice la gran ventaja que tiene hoy Piñera en todos los sondeos?

-Una cosa muy clara: que es el único candidato que hay. Los otros son proyectos, posibilidades. Segundo, me dice que Piñera está en campaña hace bastante tiempo, porque quedó colgado de la elección pasada. Esto ha pasado antes, Joaquín Lavín estuvo a punto de ser elegido Presidente y, a los dos años del gobierno de Lagos, las encuestas lo daban por encima del Jefe de Estado, pues.

-¿Y qué le dice el crecimiento lento pero consistente de Lagos?

-Después de todos los ataques y las barbaridades que se dijeron de él, era natural que bajara y natural que suba después. Este tipo de campañas anti no son muy efectivas. El trato que se le dio durante varios meses y que se le estuviera culpando de una cantidad enorme de cosas era lo que probablemente le causó un daño mayor. Es normal que vuelva a subir y va a subir más probablemente, me parece muy bien.

-¿Qué le parece la convención que definió el PS para nominar a su carta?

-Eso lo definió en su Congreso, no me pronuncio sobre ella. Solamente recalco que cualquiera que sea designado en una convención o en cualquier otro mecanismo de su partido, tiene que tener siempre muy claro que todavía necesita el acuerdo del conjunto de la Concertación.

Elección de abanderado PS: Sin "ninguna forma de exclusión"


-Pero ese mecanismo excluye a Lagos: él dijo que ya fue el jefe de la coalición y no está dispuesto a ponerse al servicio de ninguna "tribu", no está para competencias internas...

-No sé, me imagino que la gente que patrocina al Presidente Lagos podrá hacerlo participar de alguna manera. Estoy porque los partidos elijan a los que quieran, no estoy por absolutamente ninguna forma de exclusión, requisitos o cosas por el estilo. Si un partido quiere elegir a quien le dé la gana, no veo ninguna razón para excluir a nadie.

-Algunos en el propio PS creen que esa convención es un intento de Escalona de bloquear la opción de Lagos.

-Yo espero que nadie, ni yo, ni Lagos, ni la Soledad Alvear, ni Eduardo Frei, ni Navarro, ni nadie puedan ser sometidos a ningún tipo de cortapisas. Y como estas convenciones son soberanas, si quieren elegir a alguien, lo van a hacer igual.

-Isabel Allende dice que, más allá de la convención, el PS va a tener que ser realista y mirar algún día lo que dicen las encuestas.

-Y yo pienso lo mismo, le encuentro toda la razón a la Isabel. Es como la última vez: varios iban a ir a una primaria, estábamos como locos buscando platas para hacerla, porque es bien costosa, y de pronto una de las candidatas decidió que la otra tenía una ventaja muy grande en las encuestas y se bajó. Espero francamente que en la Concertación esta vez pase lo mismo, porque mientras más apoyo popular tenga un candidato o candidata, mejor.

-¿Hay que reconocer el derecho del que esté marcando mejor en las encuestas?

-No es que reconozca el derecho, pero si alguien tiene una ventaja evidente, después de las municipales, es mejor atenerse a eso. No tiene mucho sentido hacer una elección.

-¿Cuál es el plazo límite para definir el candidato oficialista?

-No sé. Sólo le recuerdo, porque fue el día que me fui a la OEA y no se me va a olvidar, que el 24 de mayo de 2005 Soledad Alvear apareció en la TV renunciando a su candidatura. Si ella no lo hubiera hecho, habría habido una primaria por ahí por julio. Por eso digo que falta tanto.

Municipales: Los requisitos para declarar "victoria-victoria"


-¿Y cómo ve estas municipales? Las anteriores, del 2004, para muchos sellaron el destino de Lavín, dicen que esa noche perdió la presidencial.

-Esto demuestra el impacto de las imágenes en la política. En la municipal anterior, del 2000, la Concertación le ganó a la oposición por un amplio margen, pero por la forma en que se elegían los alcaldes sólo logró dos más que la oposición. En 2004, la Concertación superó a la oposición por no mucho más, pero le ganaron como 60 alcaldías y terminaron con una ventaja de 100. No fue un gran cambio en el voto popular: la modificación del método de elección -a una directa de alcaldes, que para mí es mucho más justa- provocó una especie de pánico en la oposición, que creía que ya iba a ganar la elección y dijo "perdimos".

Como le oí a Osvaldo Puccio, las elecciones ni se ganan ni se pierden, se explican. Y quiero ver cómo se van a explicar éstas. Si la Concertación saca 60 o 70 alcaldes más que la oposición, le va a costar decir por qué perdió 30. Si a la oposición le va bien pero pierde Santiago o La Florida, va a estar explicando eso.

Para que uno pueda proclamar «victoria-victoria» tiene que ganar en votos, sacar tantos o más municipios que la vez anterior y alguno de los emblemáticos.

-¿Cómo van a influir en las elecciones temas como EFE, el montaje de Curepto, el Registro Civil, el «frambuesagate»? Cuando el tema de la corrupción se está transformado en un tema de alta preocupación en las encuestas.

-No menosprecio ningún tema, pero francamente creo que la mayor parte de los incidentes son menores, deben ser sancionados, pero no deberían dar origen a una especie de paranoia de la corrupción. El del Registro Civil sí que es un tema complejo, que debe ser investigado acuciosamente.

-O sea, ¿no ve la corrupción como tema de campaña?

-Francamente, sería perjudicial para el que lo haga, porque la gente se da cuenta cuando las cosas se exageran. Con el Presidente Lagos la gente se dio cuenta que sí, que a lo mejor había cometido algún error, pero que le estaban echando con «l'olla», como se dice. A la oposición no le fue bien con la campaña contra él.

-Volviendo a Lagos, ¿cree que él tiene un tiempo ilimitado para definir si será candidato de nuevo?

-Por cierto que no. No creo que tenga un tiempo ilimitado, debería decidirlo pronto. Debería decidir pronto si quiere entrar en un proceso o no.

-Todos los análisis señalan que su postura de no decir ni sí ni no, pero lanzando un cuasi programa en Punta Arenas, mantiene un poco encadenados al resto de los candidatos oficialistas.

-No, encadenados sería si estuviéramos en carrera. Pero como nadie está en carrera ni quiere estarlo, nadie está encadenado.

-Pero Ud. mismo ha dicho que no competiría con él.

-Pero eso se verá después de las elecciones de octubre. No es un problema con Lagos. Yo no abriría el enredo a plantear primarias internas dentro de un sector de la Concertación. Sí tiene que haber primarias entre los sectores de la Concertación. Pero la idea de que haya un candidato de cada partido y todos compitan en una primaria, no me parece conducente. Por lo tanto, sería importante que se buscara un acuerdo.

Ahora, como el Presidente Lagos tiene una doble militancia, no existe método para definir entre candidatos de la misma corriente. No es que diga si compito o no; si decido competir, lo haré con quien haya... Pero no hay forma de hacerlo.

-La definición sería entre el candidato de izquierda y el DC.

-En principio sí, ojalá ni siquiera eso, ojalá las encuestas den antes una respuesta.

Pero le puedo decir una cosa bien francamente, y por favor póngalo. Estoy muy incómodo con esta discusión, yo no soy un estratega político, no soy un analista político para tener que estar hablando de todas estas cosas. Está bueno. Me enojé...

-Pero Ud. es una de las cartas...

-Sí claro, pero no tengo por qué meterme en si vamos a hacer el día antes, el día después, en la mañana o en la tarde la primaria. No estoy para eso, por Dios. Soy el secretario general de la OEA.

Tema energético: "Es complicado y Chile tiene que tomar decisiones"


-Y desde ahí tiene una visión privilegiada de un año económico complejo: crisis energética y alimentaria, petróleo caro, bajo crecimiento y alta inflación.

-Hago excepción inicial de la crisis alimentaria, depende cómo uno la toma... El escenario un poco catastrófico de la cantidad de gente que se va a morir de hambre por la situación alimentaria tiene que ser contrarrestado con la posibilidad de producir más alimentos también a largo plazo.

El tema energético es más complicado y este país tiene que tomar algunas decisiones. No sacamos nada con seguir diciendo que no a esto o lo otro. Ha llegado el momento de decir sí, de tomar decisiones firmes que permitan efectivamente llevar adelante las centrales hidroeléctricas, o tomar decisiones sobre el tema de la energía nuclear, o decir cuáles son las otras alternativas.

Ojalá lleguemos a tiempo y ojalá se terminen de construir pronto las plantas de gas natural envasado.

-¿No le preocupa la alta inflación?

-Voy a tener que esperar algunos meses, porque una vez no es suficiente. Pero sí, me preocupa.
Hay algo muy importante: hemos crecido varios años sobre la base de economía abierta, buen manejo macroeconómico y otros factores, como un gobierno eficaz. Pero creo que en un momento determinado no son suficientes y hay que empezar a decidir en qué áreas queremos que crezca la economía y empezar a invertir más recursos en las cosas que llevan la vanguardia del desarrollo global, que son la alta tecnología, investigación y desarrollo y la educación de alto nivel. No sólo no vamos a crecer, sino que no vamos a distribuir bien nuestro ingreso mientras no invirtamos muchos más de lo que estamos invirtiendo. Tengo la impresión de que el desarrollo científico y tecnológico no ha andado, a pesar de los planes que hay, no han funcionado.

-Respecto de la OEA, existe la impresión de que existe un nuevo protagonismo post incidente Colombia-Ecuador.

-Sin duda que en el caso de los países miembros se nota un cambio importante. Cuando se produjo el golpe del año 2003, donde se sacó al Presidente Chávez, la OEA estuvo discutiendo qué es lo que hacía desde que se produjo el golpe hasta que el Presidente Chávez volvió. O sea, fue completamente inefectiva, no hizo nada, ni a favor ni en contra. Sacó una resolución como quince días después. Ese recuerdo está muy en la mente de la gente, y, por tanto, la reacción rápida con Colombia y Ecuador, el consenso reunido y que hayamos sacado una declaración en la madrugada del día siguiente, después de discutir largamente, marca...

-¿Qué le dicen sus amigos embajadores de este enojoso tema de los itinerarios presidenciales?

-Ellos dirían que naturalmente no les parecería mal que su secretario general postulara a la Presidencia de la República de su país, pero sí les parecería mal probablemente que su secretario general los dejara para ir a probar suerte, que no es lo mismo, a ver cómo me va, a ver si en la calle me pesca alguien... Eso no les parecería.

Respuestas a 7 «interrogadores»: La OEA, alternancia, el modelo chileno...

-Existe incompatibilidad entre la actividad política interna y su cargo en la OEA, para el cual fue respaldado por todas las fuerzas, el que además utiliza como tribuna. ¿No hay un deber de abstención de su parte? ¿No debería renunciar si va a ser candidato presidencial PS? (HERNAN LARRAIN, UDI)

-Si alguna vez soy candidato presidencial, sin apellido, por cierto que voy a renunciar a la OEA, pero falta mucho para eso. Además, no existe ninguna norma que me impida opinar sobre las cosas de mi país. Probablemente no debería opinar en temas de coyuntura... algunas veces se me escapa un poco la moto, lo reconozco, pero trataré de no hacerlo. Pasó una vez, a raíz de lo de Yasna Provoste, pues (su destitución) me enojó mucho.

Le agradezco mucho la pregunta a Hernán, porque él fue a la OEA a apoyarme. Pero no recuerdo que ninguno de estos senadores me haya acusado de meterme en los asuntos internos de Venezuela cuando le dije al Presidente Chávez que no cerrara RCTV. Varios me aplaudieron y ninguno me criticó por meterme en política interna de Venezuela.

-En materia presidencial, muchos insisten en que para la DC es imposible no ir con candidato propio en primera vuelta. ¿Qué piensa Ud.? (RICARDO SOLARI, PS)

-Cada uno decidirá cómo lo hace, pero la Concertación tiene que llevar un solo candidato o candidata a la presidencial del 2009.

-Considerando que la alternancia en el poder puede ser sólo formal, ¿su gobierno sería de continuidad de Lagos, o al contrario, cambiaría la agenda socialista? (CARLOS LARRAIN, RN)

-La Concertación, y no hablo de un eventual gobierno mío ni de nadie, tiene que ampliar su agenda muy sustantivamente e incluir los temas de transformación que el país necesita. No seguir hablando de las cosas de la década de los 90 sino que plantearse en el 2000.

-Suele decirse en las 5 manzanas del centro que pasará mucho tiempo para que una mujer vuelta a ser Presidenta... (JORGE BURGOS, DC)

-Eso me parece absolutamente machista. Es raro, porque cuando un señor hace un pésimo gobierno, nadie dice que pasarán muchos años antes de que otro hombre sea elegido Presidente. Me molesta la desigualdad intrínseca: que las mujeres tienen mayores obligaciones que los hombres en materia de calidad de su gobierno.

-Cuando las coaliciones se extienden muchos años en el gobierno, tienen problemas de corrupción y poca capacidad de facilitar el desarrollo. Ejemplos de ello son el Transantiago y el bajo crecimiento. ¿No cree que sería sano para que hubiese alternancia? (CRISTIAN LARROULET, LYD)

-Lo que sería sano no es necesariamente la alternancia, sino que extendiéramos la democracia dándole derecho a voto a todos los chilenos que lo tienen. La Constitución dice que son ciudadanos todos los mayores de 18 años y que no han cometido delito que implique pena aflictiva. No veo por qué no se hace eso. Si la oposición quiere alternancia, lo que debe hacer es crear un poco más de incertidumbre al sistema político abriendo las llaves para que un millón y medio de jóvenes entren al universo electoral.

-Varios concertacionistas han afirmado que el modelo chileno es neoliberal, ¿está de acuerdo? (ALFREDO JOIGNANT, EXPANSIVA)

-No creo que estemos en un modelo neoliberal. En Chile tenemos un Estado activo en temas sociales y políticos. Quisiera que tuviéramos un Estado algo más activo en la economía, no para ser propietario de empresas, pero sí para fijar grandes prioridades nacionales como lo hacen los países a los cuales les va mejor y son más competitivos.

-Por tercer año, y en un escenario de bonanza de exportación, la economía está defraudando las expectativas y creciendo a sólo 4%. ¿Tiene en la mente un conjunto de reformas capaces de poner de vuelta a Chile en la pista de alta velocidad? ¿Sería ese proyecto capaz de concitar la unidad de la Concertación? (JUAN ANDRES FONTAINE, ECONOMISTA)

-Hay que llevar adelante un programa económico que supere la idea de que hay que tener buenas políticas macro y apertura externa, y que el mercado resuelve el resto. Está claro que el mercado no resuelve el resto, y hay que tener también políticas públicas en materia económica

9 de mayo de 2008

ENCUESTA ADIMARX ABRIL 2008 (COMPLETA)

ULTIMA ENCUESTA ADIMARK: BACHELET RECIBE 46% DE APOYO

Pese a la baja aprobación en algunas áreas del Gobierno, la derecha no consigue tomar ventaja en las encuestas ya que cayó de un 24 % en marzo a un 18,6 % en abril. La corrupción en los organismos del Estado, la delincuencia y el Transantiago se mantienen entre los temas peor evaluados.

El Mostrador.cl

A pesar de los conflictos políticos y sociales que tuvo que enfrentar el Gobierno en el último mes, el apoyo a la gestión de la Presidenta Bachelet se mantuvo estable alcanzando un 46,1 %, según la última encuesta Adimark dada a conocer este viernes.

Una histórica acusación constitucional a la ministra de Educación Yasna Provoste, sumada a los escándalos en Salud y el uso indebido de autos fiscales encabezaron la agenda noticiosa del mes. Sin embargo la Presidenta Bachelet parece haber superado estos problemas, manteniendo su nivel de aprobación con respecto al mes anterior en un 46,1%. A pesar de esto, su nivel de desaprobación aumentó de un 35,2% a un 38,8%, superando por poco su promedio histórico de 37.6%.

Por su parte, a pesar de las bajas en las cifras de aprobación que obtuvo el Gobierno en algunas áreas, la oposición no consigue tomar ventaja en las encuestas ya que cayó de un 24 % en marzo a un 18,6 % en abril, diferencia que es significativa estadísticamente. El Transantiago es uno de los puntos que más desaprobación obtuvo llegando a un 18% y bajando más de siete puntos con respecto al respaldo del mes de marzo cuando había alcanzado un 25,% de aprobación. Esto podría relacionarse al servicio mismo o a su financiamiento, tema que durante abril ha estado en la discusión pública.

El nivel de aprobación de la "corrupción en los organismos del Estado" sigue cayendo y se ubicó en el peor lugar de la lista, 11,9% (con un 75,2% de desaprobación). La delincuencia (13,9%) y el Transantiago (18%) se mantienen entre las áreas de peores resultados. La salud fue una de las áreas que tuvo la más fuerte caída, bajando 15 puntos en relación a la medición del mes anterior, del 47,5% de aprobación que obtuvo en marzo cayó a un 32.5% en abril.

En el área de Educación, el mes también fue conflictivo e igualmente se observa una caída. Al inicio de las movilizaciones estudiantiles se sumó la acusación constitucional que terminó en la destitución de la ex ministra del ramo, Yasna Provoste por causa de las subvenciones escolares. Los ciudadanos castigaron la gestión de educación y los índices de aprobación del área bajaron considerablemente de un 45.5% en marzo a un 37.8% en abril. A pesar de la caída en las cifras de respaldo a la educación chilena, los encuestados no estuvieron de acuerdo con la destitución de Provoste; un 33,2 se manifestó de acuerdo con su destitución mientras que un 53,4% se manifestó en desacuerdo.

En atributos personales, la Presidenta Bachelet muestra, equivalente a la percepción de su gestión, una estabilidad tranquilizadora. Sin embargo, este mes se deteriora su imagen de "respetada por los chilenos", bajando de un 70% en marzo a un 62% en el mes de abril. Lo más destacable del resultado global del mes recién pasado es que, pese a las caídas en casi todas las áreas específicas de gestión del Gobierno, la presidenta logra mantener su imagen personal casi sin deterioro.

Respaldo a partidos políticos

En cuanto a los bloques políticos, en este mes no hay grandes novedades. Se ha mantenido pareja la baja aprobación y alto rechazo de las principales coaliciones. Pero es en el nivel de identificación donde aparece una primicia: aunque la Concertación (20%) y la Alianza (15%) mantienen su tendencia a la baja, este mes la izquierda extra parlamentaria identificada como "Juntos Podemos Más" comienza a acercarse lentamente a los bloques mayores (13%).

Ficha técnica

El estudio se basa en entrevistas a una muestra probabilística, que en marzo de 2008 alcanzó a 1.019 personas, realizadas a través del teléfono. Éstas se aplicaron en forma distribuida entre los días 7 y 29 de abril. La muestra es del tipo probabilístico con selección aleatoria de hogares y de entrevistados. El universo está compuesto por los hogares que disponen de teléfono en las principales ciudades del país. El error se estima en +/- 3%.

2 de mayo de 2008

ANALISIS POLÍTICO: PREPARANDO EL 21 DE MAYO

La agenda modernizadora del ministro del Interior y su acento en la externalización de funciones suena vacía. Los requerimientos son más específicos y de fondo que lo declarado hasta ahora por Edmundo Pérez Yoma. El gobierno de Michelle Bachelet sigue siendo enfático en su sello social protector, lo que sin duda debiera ser reafirmado en su próximo Mensaje ante el Congreso Nacional. Con tal énfasis, el problema no es cuantitativo sino cualitativo, en torno a las políticas modernizadoras, y es posible que muchas voces se alcen para pedir más Estado en algunas áreas.

El Mostrador.cl

Esta semana la política volvió de manera aparente a los temas sectoriales. Transantiago, Educación, Salud y Codelco fueron o se insinuaron como los focos de la agenda. Pero cada uno de ellos tiene un ancla sustantiva en la agenda política nacional que no podrá ser eludida en los próximos días. Porque finalmente acabamos de entrar a un período electoral continuo que termina con la elección presidencial del 2009, y que requiere definiciones sustantivas que debieran empezar con el Mensaje Presidencial del 21 de Mayo. La elección interna del Partido Socialista y las fuertes declaraciones de Pablo Longueira en torno a la estrategia política de la Alianza cerraron el ciclo de espera. De ahora en adelante todo es juego electoral.

En tal escenario, la agenda modernizadora del ministro del Interior y su acento en la externalización de funciones suena vacía. Los requerimientos son más específicos y de fondo que lo declarado hasta ahora por Edmundo Pérez Yoma. El gobierno de Michelle Bachelet sigue siendo enfático en su sello social protector, lo que sin duda debiera ser reafirmado en su próximo Mensaje ante el Congreso Nacional. Con tal énfasis, el problema no es cuantitativo sino cualitativo, en torno a las políticas modernizadoras, y es posible que muchas voces se alcen para pedir más Estado en algunas áreas.

El Transantiago

Uno de los temas donde tal disyuntiva se empieza a mostrar claramente es en el Transantiago y la propuesta de ley en torno a un subsidio permanente para el sistema, que ascendería a unos trescientos cincuenta millones de dólares anuales en la región Metropolitana y una cifra similar en las regiones como compensación. La crítica se concentra no en el subsidio en sí, pues existe consenso en que en ninguna parte del mundo el transporte funciona bien sin un subsidio estatal. Lo que se objeta es que ello implique un pago al lucro del sector empresarial privado que gestiona el servicio. El Senador demócrata cristiano Eduardo Frei ha sido el más enfático en declarar que no le parece que se deba pagar para que siga operando una situación de mercado ficticia. Si la tarifa no financia el sistema y tampoco se puede subir, derechamente hay que tener un prestador público, y evitarse pagar para que también los empresarios ganen.

El Transantiago, pese a los avances experimentados durante la gestión del Ministro René Cortázar, sigue funcionando bajo un esquema precario, y está aún lejos de normalizarse. Uno de los problemas centrales que se supone mejoraría su implantación era la empresarización de los operadores del servicio, cuyo exceso de propietarios individuales dificultaba una mejor calidad de transporte. En estricto rigor el Transantiago debía profundizar la externalización, con mecanismos de mercado. El plan falló, y en la agenda modernizadora vuelve a sonar fuerte la posibilidad de que sea el Estado quien nuevamente tome el servicio o parte de él.

Educación

El Ministerio de Educación vive horas difíciles para su agenda modernizadora para la calidad. Al descrédito en el desempeño de su función principal – justificado en muchos aspectos- se agregan horas de incertidumbre en su funcionamiento interno. No tanto por los cambios de autoridades, inevitables y necesarios la mayoría, sino por la indefinición programática que muestra, al menos hasta ahora, la nueva administración. Las declaraciones de la Ministra en torno a la urgencia de aprobar la Nueva Ley de Educación para reemplazar la LOCE resulta algo obvio. Lo extraño sería que no lo hiciera dada la importancia del tema.

Las críticas se orientan más bien a la falta de programas inmediatos que enmienden el rumbo de gestión; y al hecho de que parte importante de los nombramientos han situado en puestos clave a personas vinculadas a los sostenedores privados y a la Iglesia Católica. Al primer aspecto se refirió expresamente la Presidenta Bachelet durante su gira por el sur, al señalar que la nueva ministra debe mostrar una gestión práctica inmediata en muchos temas, además de formar comisiones.

En cuanto a la renovada influencia de la Iglesia y los sostenedores privados en la gestión del Ministerio no hay muchas luces para opinar. Las indefiniciones en temas como la Superintendencia de Educación, la Agencia de Calidad, el papel de los municipios o la reforma de la Educación Superior, no permiten conclusiones claras. Incluso porque funcionarios importantes de la gestión cuestionada permanecen plenamente vigentes como Pedro Montt, Jefe de la Unidad de Desarrollo Curricular o María de la Luz Gutiérrez abogada de la Seremi Metropolitana en la época de Alejandro Traverso y ahora mano derecha de la recién nombrada fiscal del ministerio, Regina Clark.

Salud y Codelco

En el caso de salud la agenda modernizadora mezcla dos temas complejos. El primero es el viejo dilema de que en un sistema mixto –público y privado al mismo tiempo- ambos sectores deben absorber la cobertura de riesgos de manera aleatoria. Ello no ha ocurrido. Los pobres y los viejos, o sea aquellos con más riesgos, van al sector público. Ello se mezcla con un sector público de baja calidad tanto en materia laboral como de equipamiento. Esa es una mezcla explosiva difícilmente solucionable con más externalizaciones. Pero el problema es todavía más complejo si se considera que las garantías del Plan Auge no solo tienen respuestas prácticas deficientes sino, también, riesgos jurídicos de permanencia, al no ser garantías firmemente asentadas en un concepto constitucional de protección social. La Constitución de 1980 aún vigente no lo estipula así, y eso no ha cambiado.

La agitación laboral del sector se vincula no solo a problemas salariales o de condiciones de trabajo sino, también, a la crisis de un concepto de gerencia hospitalaria, que entraba la gestión innovativa y carece de responsabilidades específicas frente a los dueños. Algo similar ocurre con el conflicto de la subcontratación y Codelco. Porque independientemente de lo justo que resultan las demandas de los trabajadores en torno a la precariedad del mercado laboral nacional, en el caso específico de la minera estatal se mezcla esa demanda general con la específica de los subcontratados que debe absorber Codelco. El país carece de un concepto de gobierno corporativo público que permita diferenciar adecuadamente los requerimientos de buena administración con los de distribución de ganancias o pérdidas entre los propietarios, en este caso todos los chilenos.

Políticamente el ministro Osvaldo Andrade ganó porque prima el criterio protector del gobierno en materia laboral, pero técnicamente el tema sigue igual pues también existe un efectivo problema de costos y productividad, y no solo un dato coyuntural como es el precio y las ganancias. ¿Aquí es más Estado o más mercado?

Esperando el 21

Lo que la Presidenta Michelle Bachelet diga el 21 de Mayo será importante para marcar la agenda del año y medio que le queda de gobierno. Un análisis frío de los hechos políticos indica que debería perfilarse por la agenda de la protección social, y orientarse a consolidar ese sello, como legado electoral a un eventual sucesor de su mismo sector. La nota un tanto discordante es la del jefe del gabinete, el ministro Edmundo Pérez Yoma, quien aparece más bien desplazado hacia la derecha del escenario, en una gran sintonía con las agrupaciones gremiales empresariales, y un tanto distante del ethos protector que prima al interior del gobierno.

Con todo, la Presidente se enfila a un 21 de Mayo con una recuperada credibilidad ciudadana en las encuestas, y una coalición relativamente ordenada. En ella, el sostenedor principal es el Partido Socialista, quien aparece de hecho hoy día encabezando la Concertación. Su militancia acaba de dar un mensaje categórico de apoyo a la Presidenta al reelegir por abrumadora mayoría a Camilo Escalona, quien hizo de su respaldo al gobierno su caballo de batalla electoral.

Ayuda a este escenario la errática composición de estrategia política de la oposición después de su triunfo en sacar a Yasna Provoste. Las declaraciones del senador Pablo Longueira criticando las políticas de la Alianza y las disputas de sus miembros por corrupción en municipios emblemáticos han enturbiado la estrategia de cargar sobre la incompetencia y corrupción del gobierno. A ello se agrega el fracaso de las primarias en Vitacura, encontrar un candidato a alcalde en Santiago, y la aspiración de Lavín de ir al Senado, que los pone forzadamente en los comicios de fines del 2009, agregan viento de cola al próximo Mensaje Presidencial.

MINISTRO DEL TRABAJO REFORZADO POR APOYOS DE TRABAJADORES Y SECTORES POLITICOS, MEDIARA EN CONFLICTO MINERO

El vocero Francisco Vidal dijo que el conflicto "se va a resolver luego, más luego de lo que uno se imagina".

Tomás Martínez y Francisco Artázar, La Tercera.cl

Pasadas las 20 horas del martes, luego de dos semanas de huelga de los trabajadores subcontratistas de Codelco y pérdidas de casi US$ 100 millones para la estatal, el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, llegó hasta el despacho de su par de Interior, Edmundo Pérez Yoma. En el encuentro, señalan altas fuentes de gobierno, Pérez Yoma dio luz verde para que Andrade encabece una mediación con la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), dirigida por Cristián Cuevas, y abra un espacio para resolver el conflicto. Ayer, el ministro PS fue saludado efusivamente por Cuevas al término del acto en que la CUT.

La decisión cuenta con el respaldo de los ministros de La Moneda y surge días después de que los propios secretarios de Estado reprocharan públicamente a Andrade. Esto, a raíz de sus emplazamientos a Codelco a cumplir con la ley y sentarse a dialogar con los subcontratistas. Si bien en Palacio optaron en principio por no involucrar a Andrade en el conflicto, pues temían que se reprodujera el enfrentamiento que protagonizó en 2007 con el ministro Andrés Velasco (Hacienda) por la ley de subcontratación, ahora el gobierno apuesta a todos los frentes para impedir que el conflicto escale.

El lunes, de hecho, el Ejecutivo acogió los reclamos de Andrade para acelerar la internalización de trabajadores y entre los cercanos a Pérez Yoma señalan que busca aplicar en este conflicto la tesis con que llegó a La Moneda: superponer los criterios políticos a los técnicos. El rol de Andrade, en todo caso, se ceñirá a la estrategia que ha defendido Codelco para enfrentar el caso: la estatal no se sentará a negociar con los subcontratistas. En fuentes de La Moneda añaden que las conversaciones se efectuarán privadamente, pues el Ejecutivo no puede aparecer negociando con un sector que ha provocado hechos de violencia.

Así, el ministro se reunió la mañana del miércoles con supervisores de Codelco Norte. Por la tarde lo hizo con dirigentes de planta de Codelco Andina y El Teniente. Mientras ayer continuaban paralizadas las divisiones Andina, Salvador y El Teniente, en Codelco señalan que los trabajadores de planta se encuentran presionando a la estatal para que pongan fin a la paralización. Esto, porque afecta la producción de la minera y merma los bonos que éstos reciben.

AD PORTAS DE UN ACUERDO
Ayer, en tanto, el vocero de gobierno, Francisco Vidal, dijo que el conflicto "se va a resolver luego, mucho más luego de lo que uno se imagina". Añadió que existe "voluntad de las partes para llegar a buen puerto" y dijo que hoy habrá anuncios, aunque optó por no ahondar en las fórmulas para resolverlo. En la misma línea, Cristián Cuevas afirmó a La Tercera que los "esfuerzos están dados para dar término al conflicto. Lo que falta es la voluntad política del gobierno, pero se han dado señales en ese sentido". En todo caso, Cuevas dejó en claro que si se llegase a alguna solución, ésta debe estar visada por los trabajadores y que, hasta ese momento, se mantendrán las movilizaciones.

La confederación alega la entrega de bonos de productividad que se acordaron en la movilización del 2007 y una serie de beneficios en salud, educación y previsión para los subcontratados. En Codelco, en tanto, explicaron ayer que no ha habido cambio alguno en su postura y que no se sentarán a negociar mientras no se abandonen las movilizaciones. En otro frente, la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados invitó para el próximo martes a Andrade y el presidente ejecutivo de Codelco, José Pablo Arellano.