Por Beatriz Michell / La Nación Domingo
Nuevas armas está dispuesta a utilizar la Concertación en la batalla electoral municipal. Y es que el arco iris perdió la confianza del triunfo reiterado, pero no está dispuesto a dejarle el paso libre a la derecha. Todo ha pasado en este Gobierno: la primera gran escisión del conglomerado con la renuncia de los colorines a la DC y de los creadores de ChilePrimero al PPD ; el caos de Transantiago, y la supremacía de la Alianza en la primera vuelta de la última elección presidencial. "La elección del próximo 26 de octubre será la más dura que ha enfrentado la Concertación y tiene un carácter decisivo para las presidenciales y parlamentarias que vienen", asegura Pepe Auth, presidente del PPD y experto electoral, quien agrega que este Gobierno está peor posicionado que el de Ricardo Lagos en la misma fecha.
Así fue como la doctrina Auth elección de candidatos según sus resultados en encuestas se impuso en la Concertación, y será el mecanismo de definición de abanderados para las municipales que se avecinan. Nada de elegir a dedo o mediante discusiones de unos pocos a puertas cerradas. Los tiempos ya no están para satisfacer caprichos individuales o de partido; ahora hay que utilizar las pinzas para elegir cuidadosamente al que pueda ganarle a la derecha en cada municipio. Así lo entendieron democratacristianos, pepedés, radicales y socialistas.
NO A LA EXCLUSIÓN
La misma lógica de derrotar a la derecha fue la que gestó el conveniente pacto del oficialismo con el Juntos Podemos, que los beneficiará a ambos por igual. Aunque todos piensen que fue el PC el ideólogo de tamaña propuesta, la verdad es otra: fue la Concertación la que se acercó a conversar con los comunistas. Pero la aprobación del Comité Central del PC fue expedita y se iniciaron las conversaciones para concretar el acuerdo, "siempre y cuando no se aprobara la reforma al binominal". Como era de esperar, la derecha rechazó la reforma electoral y se hizo de otro obstáculo en su eterna carrera por ser el conglomerado "más popular". El pacto por omisión se hizo inminente y los comunistas ampliaron las comunas de 15 a 50. El viernes por la mañana presentaron su propuesta al oficialismo (ver recuadro). Guillermo Teillier, presidente del principal partido excluido, al darse cuenta de que el binominal no iba a ser modificado, advirtió frente a la Comisión de Legislación y Justicia que la confrontación política aumentaría. Y no estaba equivocado. "Hubo personas que pensaron nada menos que nos íbamos a la montaña a hacer la guerrilla", se ríe el dirigente comunista. Pero esta vez no se refería a "todas las formas de lucha", sino al mayor número de comunas en juego.
Dentro de las filas aliancistas saben que los comicios que se avecinan serán para ellos un desafío tan grande como subir el Everest. Las últimas dos elecciones presidenciales lo han demostrado: comunistas y concertacionistas unidos jamás serán vencidos.
LAS RONCHAS DE LAS DOS LISTAS
Todo había sido acuerdo en la víspera de las elecciones. Incluso el pacto por omisión, que podría haber causado reticencia en la DC, fue aprobado por unanimidad por los cuatro partidos, a pesar de lo que digan las malas lenguas. Los secretarios generales presentes en las negociaciones aseguran que la DC jamás ha puesto en duda su apoyo al acuerdo, y que la nueva estrategia es compartida unánimemente por las mesas directivas de toda la Concertación y de los partidos del Juntos Podemos (PC, Izquierda Cristiana y Partido Humanista).
Pero, como en todo matrimonio, las complicaciones dentro del arco iris volvieron a aparecer. Hace un año, el Partido Radical y el PPD presentaron una nueva propuesta: dividir la Concertación y presentar dos listas para la elección de concejales. No importa la combinación que se haga: puede ser el PS con el PPD, la DC con el PR, o como sea. Lo importante es aumentar los candidatos de la Concertación a toda costa. En el momento nadie opinó al respecto, pero los comicios de octubre se acercan a pasos agigantados y las voces partidarias de esta idea la pusieron nuevamente en debate. Y no todos estuvieron de acuerdo. En el comité político del PS del lunes pasado causó escozor la propuesta de las dos listas, e incluso Camilo Escalona advirtió que esto podría representar "el fin de la Concertación". Nada más ni nada menos. Pero entre los promotores de la estrategia electoral aseguran que es ridículo creer que el conglomerado puede quebrarse por unas simples elecciones para concejal. La propuesta apunta a incluir como candidatos a dirigentes sociales locales, para contrarrestar el desgaste de la coalición y así aumentar la adhesión ciudadana al oficialismo. Mientras los argumentos van y vienen, el futuro de la división de concejales se ve incierto.
El mapa político está cambiando y el grupo bisagra los que renunciaron a los partidos tradicionales ya está conformando pactos. El Partido Regionalista Independiente al que se unirían los ex colorines Jaime Mulet, Eduardo Díaz y Carlos Olivares y ChilePrimero son los nuevos actores, y el acuerdo del PC con la Concertación, una innovación. Estas municipales serán una caja de sorpresas e incertidumbres para los acostumbrados a ganar y para los no tan acostumbrados.
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