21 de mayo de 2008

El MAPU, una cofradía influyente

Sin ponchos, más viejos pero manteniendo vigente su vocación de poder, los ex MAPU se juntaron para recordar a su líder Rodrigo Ambrosio. Esta vez no hubo llamados a tomarse las fábricas, ni a crear poder popular como en los ’70. Incluso, las dos fracciones representadas por Oscar Guillermo Garretón y Jaime Gazmuri hicieron las paces, después de tres décadas

La Nación (2004).

Mucho más gordos y canosos que aquellas fotos en la que lucían su rebeldía sesentera, los ex MAPU, hoy preferentemente socialistas y PPD, siguen buscando el poder que gozaban en la Unidad Popular. Pero ahora lo persiguen no sólo en el Estado, sino que también en la empresa privada o en algún organismo con mucha o menos influencia. La diversidad es parte inherente a esta cofradía que algunos consideran una verdadera secta o logia. Y así precisamente actuaron este miércoles cuando cerca de un centenar de ex rebeldes verdes y rojos se reunieron para recordar a su mítico líder Rodrigo Ambrosio, muerto hace 32 años en un accidente automovilístico.

Ya no se diferencian entre la fracción Garretón (el ala dura que buscaba crear poder popular) y el MAPU Gazmuri (cercano al aparato del Estado y al movimiento campesino). Ya no hay termocéfalos (ultras), ni revisionistas, tampoco peleas para quedarse con el nombre del partido, ni con sus bienes. Hoy son solamente ex MAPU, pero en puestos estratégicos de la sociedad. Sólo basta mirar la fotografía principal de este artículo para darse cuenta de ello.

Tras tres décadas, los ex rivales Oscar Guillermo Garretón y Jaime Gazmuri hacen la paz posando frente a la bandera del MAPU.

Posaron sin problemas a petición de LND en el Palacio Ariztía, corearon sus gritos partidarios, tomaron unas copas de buen vino, recordaron las viejas historias que todavía los emocionan, cantaron viejos temas revolucionarios y entregaron algunos galardones a los sobrevivientes del partido, que soñaban con hacer realidad su consigna “a convertir la victoria en poder y el poder en construcción socialista”.

GARRETÓN: “LOS MAPU EGRESAN”

Varias de las nuevas generaciones del país no podrían imaginar que Oscar Guillermo Garretón (PS), el influyente empresario, ex presidente de CTC, director de Iansa, haya dirigido la línea más ultra del MAPU. En esos tiempos, lucía una nariz distinta, pero la clandestinidad lo obligó a hacerse una cirugía con la que modificó su aspecto.

Tres décadas después, Garretón se siente orgulloso de haber militado en la colectividad que a fines de los ´60 rompió con la Democracia Cristiana para crear un partido inspirado en la revolución cubana y en los libros de Marcusse. Como subsecretario de Economía de Allende fue impulsor de las controvertidas expropiaciones denominadas “recuperación de las riquezas básicas y control de los monoplios”. Hoy eso es sólo parte de su pasado.

“Es un fenómeno muy especial el del MAPU, pues la gente cuando deja un partido normalmente se va echando garabatos, renegando de él. En cambio, los MAPU egresan como si formaran un centro de ex alumnos. Pero la gente se pasa películas y piensa que ésta es una especie de logia que maneja el poder”, comenta Garretón.

-Sin embargo, los hechos demuestran que ustedes son una cofradía de poder. De hecho tienen representantes que van desde el ministro del Interior, José Miguel Insulza, al líder de los guachacas, Dióscoro Rojas.

-Es que en una sociedad diversa tiene algo de magia que esa diversidad pueda conversar y yo creo que esto no es más que un espacio de diálogo o de un encuentro para tomarse un vaso de vino.

Garretón accede inmortalizar el momento en que junto a su ex rival partidario, Jaime Gazmuri posan delante de la bandera de la estrella roja. Y aunque la competencia personal ya no sea parte de estos ex dirigentes, el empresario se saca su parka para quedar en terno, en iguales condiciones que Gazmuri.

Pero la estocada viene enseguida: “Gazmuri siempre a la derecha”, dice Garretón refiriéndose a la ubicación adoptada por su ex contendor. “Prefiero no responder”, contesta el senador y vicepresidente PS, mientras los presentes celebran el juego verbal del empresario, casado con la directora de Prodemu, Virginia Rodríguez, y ahora flamante miembro del directorio de TVN.

Enrique Correa, Rodrigo Ambrosio, Jaime Gazmuri, Oscar Guillermo Garretón, en los tiempos en que querían construir poder popular.

Muchos de los ex MAPU regresaron con estudios de postgrados a Chile, tras salir al exilio después del golpe militar, lo que les permitió conseguir importantes cargos a partir del gobierno de Aylwin, Frei y también de Ricardo Lagos.

Algunos en la izquierda los critican porque dicen que siempre fueron niñitos bien, educados en colegios como el San Ignacio, Verbo Divino o Saint George, que quisieron diferenciarse de sus papás. Sin embargo, los MAPU se defienden al señalar que se trató efectivamente de una generación con fuerte compromiso social, a quienes les correspondió ejercer cargos de responsabilidad desde muy jóvenes.

El origen del MAPU estuvo en la Universidad Católica a principios de los ’60 y dos de sus fundadores fueron Rodrigo Ambrosio y Tomás Moulian, mientras estudiaban Sociología. Los dos obtuvieron becas en Francia y allí conocieron a Martha Harnecker, discípula de Althusser.

En 1966 Ambrosio regresó a Chile y se sumó al sector rebelde de la JDC para transformarse al año siguiente en su presidente. Pero el quiebre con la DC estaba ya prederteminado en el grupo encabezado por Rodrigo Ambrosio, Agustín Gumucio, Alberto Jerez, Jacques Chonchol, Juan Enrique Vega, Enrique Correa y Jaime Gazmuri. Es así como en 1969 nació el nuevo partido, que levantó las banderas campesinas en la Corporación de Reforma Agraria (Cora).

La subsecretaria de Desarrollo Regional, Adriana Delpiano, hoy PPD, también militó en el MAPU después de estudiar Trabajo Social en la UC, en la misma escuela de la que egresó la esposa del diputado Carlos Montes, Gloria Cruz. Siempre alegre la Nani -como le dicen sus amigos- recuerda que los líderes del MAPU hablaban muy lento para darse el tiempo de decir cosas inteligentes, llegando incluso a tartamudear. Los ejemplos son varios: Enrique Correa, el senador Nelson Avila y el PS Jaime Gazmuri.

Otro subsecretario presente en el encuentro de los MAPU fue el ariqueño Gabriel Gaspar, quien se abrazó con decenas de ex compañeros, con quienes vivió difíciles momentos en plena dictadura. Hoy es la mano derecha en el ministerio de Defensa de la ministra Michelle Bachelet y está a cargo de la subsectería de Guerra. Antes de retirarse accedió a hablar con LND.

-Los ex MAPU tienen cierta habilidad para oler donde está el poder. Pareciera que lo llevaran en el ADN.

-Es que la lucha bien definida es la lucha por el poder. Yo pertenezco a una generación que tuvo un concepto de construcción de una sociedad, con mucha generosidad. Eso es hace más de 30 años y alguna manera lo que aquí se está logrando es una oportunidad para recordar a esa parte de esa generación que tenemos que rescatar.

-¿Qué pasó con la rebeldía de los años 70 transformada ahora en pragmatismo político?

- Nosotros fuimos una generación que tuvo una enorme generosidad para involucrarse en el destino de Chile. Pero el juicio de cómo resultó, lo hará la historia.

-¿Y hoy qué se siente: más MAPU o más PS?

-Uno vive el momento. Hoy soy militante socialista, de la Concertación, y estoy muy orgulloso de trabajar con el Presidente Lagos.

-Me imagino, que también con su jefa, la ministra Michelle Bachelet, su candidata presidencial?

-Por supuesto.

Enrique Correa, influyente lobbista con muy buena llegada en La Moneda; Víctor Barrueto, presidente del PPD; Jaime Estévez, presidente del BancoEstado; Adriana Delpiano, subsecretaria de Desarrollo Regional; Carlos Montes, diputado PS; Jaime Gazmuri, vicepresidente del PS; Gabriel Gaspar, subsecretario de Guerra; Dióscoro Rojas, líder de la Cumbre Guachaca.

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