30 de mayo de 2008

CLASE MEDIA EN CHILE Y AMERICA LATINA, SEGUN ESTUDIO DE LA CEPAL

Unos 340 millones de personas forman lo que se puede definir como la clase media de América Latina, cuyos ingresos en promedio crecieron 27% desde 2000, según un informe preparado para la Cepal. En ingresos absolutos, Chile tiene la segunda posición tras México y en términos de poder adquisitivo mantiene el mismo lugar, pero tras Argentina.

La Tercera.cl

“La clase media tiene el gusto de los ricos y el sueldo de los pobres”, dice una consultora en Argentina, mientras que un abogado en Colombia llama a este segmento la “presa del sándwich”, dada su eterna pretensión de mayor bienestar y su temor a ser pobre. Tal aprensión, sin embargo, pasó a un segundo lugar en Latinoamérica en los últimos años y en cambio creció una sensación de boom en las principales economías de la región, que puso en el foco a los dos tercios de los 548 millones de habitantes que forman la clase media.

Desde la creciente incursión de grupos chilenos como Falabella, Ripley y Cencosud en la región, hasta las recomendaciones de los grandes bancos de inversión para comprar acciones de LAN, GOL, banca, retail, salud, construcción, telecomunicaciones, etc. están asociadas al poder de este bloque. El fenómeno está instalado. El mismo Banco Mundial se propone entenderlo bien, publicando un libro sobre este asunto, que contendrá una caracterización del segmento a cargo de Andrés Solimano, por largo tiempo parte del staff senior del BM y hoy economista de la Cepal.

Entre las varias definiciones que existen de clase media, Solimano prefiere aquella que aúna a las personas cuyo ingreso las ubica entre los deciles tercero y noveno de la distribución. De ese modo, los dos primeros deciles vendrían a definir la pobreza, en tanto que el décimo representa al 10% más próspero de la población. De acuerdo con esta estructura, hay en América Latina 340 millones de personas con una renta per cápita de US$ 3.800 en promedio, o unos 75 millones de hogares con una renta total anual de hasta US$ 20.000.

Solimano dice que desde 2000 esta estructura no ha variado significativamente. Es decir, en la región esta clase media representa entre 50% y 60% el ingreso. Dada esta distribución y el crecimiento de las economías latinas, entre ese año y 2006 el valor de la renta media de este segmento se incrementó en 27%, lo mismo que la renta de los dos deciles más pobres y menos que el 31% del décimo más rico de la población.

La definición de clase media que usa Solimano es relativa al nivel de ingreso de cada país. Así, hay segmentos en la región necesariamente más prósperos que otros. El mexicano y chileno son los de mayor ingreso por persona –más de US$ 6.000-, el cual casi duplica el promedio regional de US$ 3.800. Mientras que medido según el poder adquisitivo de esos recursos -según la paridad de poder de compra- Chile mantiene su segundo lugar, pero es Argentina quien sube a la primera posición.

La ventaja relativa de la clase media chilena frente a la del resto de la región se incrementa al considerar sólo la clase media alta (deciles siete a nueve). Al medirla así, la de Chile es la más próspera de Latinoamérica, con una renta per cápita de casi US$ 10.000, sobre México. Por eso Marta Lagos, directora de Latinobarómetro, asegura que “en Chile no hay clase media propiamente tal”, sino sólo una clase media alta a gran distancia de una clase media muy baja, que acaba de emerger desde la pobreza. Los niveles locales, en todo caso, superan los promedios que exhibe el grueso de los países de la región, donde la renta de la clase media de Bolivia y Paraguay es inferior a aquella de los deciles pobres de Chile.

Patrones diferentes

Así, mientras en Latinoamérica los hogares chilenos lideran el gasto en vestimenta y calzado y los argentinos en comunicaciones, en los países andinos como Perú y Ecuador los énfasis siguen dados por alimentación y transporte, según un estudio de la Cepal sobre el consumo en la región. En Perú, no obstante, en los últimos cuatro años los grupos de ingreso alto y medio han protagonizado una explosión de consumo: la tenencia de cocinas a gas llega a 88% de los hogares, desde 77%; la de celulares se triplicó prácticamente a 59% desde 21%, y la de computadores casi se duplicó a 24% desde 13%.

Un universo diverso

Los datos para América Latina hablan también de un segmento bastante empobrecido respecto del mismo grupo en los países desarrollados. La definición de clase media habla de un rango de ingreso de entre US$ 4.000 y US$ 17.000 anuales. Estados Unidos, cuya clase media controla el 64% del ingreso del país, exhibe una renta per cápita de US$ 40.000.

Una característica de la clase media regional es que pese al buen estado de las economías, las personas a menudo sienten que la plata les falta: “La clase media tiene el gusto de los ricos y el sueldo de los pobres”, repite Nuria Susmel, de la Fundación Fiel, en Buenos Aires. Según la consultora argentina CCR, pese a que una definición más amplia que sólo ingreso indica que el 50% de los transandinos son de clase media, un 91% de ellos se siente parte de este grupo.

El comentario de Susmel no puede ser más cierto en Perú: sólo el nivel A más rico dice tener dinero de sobra para cubrir el costo de su nivel anhelado de vida. La escasez en ese contexto
es común en los grupos B, C, D y E, donde dicen que el presupuesto del hogar debiera ser 17%, 24%, 29% y 33% para cumplir ese anhelo, según Ipsos- Apoyo. La clase media en ese país reúne a parte del segmento A y a todos los hogares B y C.

En Brasil la historia es similar. Un análisis de LatinPanel muestra que los hogares crecientemente se endeudan, siendo el fenómeno particularmente notorio en la clase media o C. Estos gastan 8% más de lo que ganan. La media del país es de 3%. De ahí el auge de la industria de servicios financieros, donde incluso el comercio de barrio puede hacer adelantos de efectivo. Ahí el 53% de las compras de vestuario y el 51% de aquellas de electrodomésticos se realiza a crédito.

En América Latina las ciudades son los polos de desarrollo y el nicho de la clase media. Es el caso de los países nuevos a ojos chilenos: en Colombia las zonas de alto desarrollo industrial son Medellín, Bogotá y Bucaramanga y las destacadas en lo comercial son Barranquilla, Medellín, Bogotá. En Perú es en Lima y Arequipa, más Chiclayo, Huancayo y Trujillo, aquellas donde más se nota el avance de la clase C (media-media).

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