16 de julio de 2008

LA DESIGUALDAD EN AMERICA LATINA, según el Banco Mundial


Mariana Martínez.
Mariana Martínez
Columnista, BBC Mundo

América Latina es una de las regiones con mayor desigualdad en el mundo, dice un informe recientemente publicado por el Banco Mundial (BM).

El 10% de las personas más ricas recibe entre el 40% y el 47% de los ingresos totales generados por la región, mientras que al 20% más pobre sólo le toca entre el 2% y el 4%. Es decir, la riqueza está concentrada en muy pocas manos.

Calle de Sao Paulo
Otros países en donde la desigualdad llama la atención son Guatemala, Colombia, México, Argentina y República Dominicana
Banco Mundial.
Seguramente si usted vive en Latinoamérica este dato no le sorprenderá. No necesita ser economista para darse cuenta de la famosa brecha de la que tanto se habla. Con simplemente mirar un poco a su alrededor y sin hacer mucho esfuerzo descubrirá que la diferencia entre los que tienen mucho y los que no tienen nada es grande. En algunos países con más fuerza, en otros países con menos, pero en todos existe una desigualdad pronunciada.

Aunque esta desigualdad pueda resultar evidente, es interesante analizar las cifras calculadas por el organismo internacional y estudiar la viabilidad de sus propuestas para reducir esta brecha en la región.

Los más y los menos

Según el estudio "Desigualdad en América Latina y el Caribe: ¿ruptura con la historia?", la desigualdad en la región es "enorme y extrema", sólo comparable con lo que ocurre en algunos países de África y algunos estados de la ex Unión Soviética.

Para que tenga una idea, la desigualdad en la región está en promedio 15 puntos porcentuales por encima de los países de Asia y 20 puntos sobre las naciones desarrolladas.

La lista de los más desiguales está encabezada por Brasil, Chile y Guatemala, mientras que la de los más equitativos está liderada por Uruguay y Costa Rica. Brasil es el país latinoamericano con mayor desigualdad. El 10% de la población más rica recibe el 47,2% del ingreso total. Cifra que no extraña si pensamos nada más en el contraste de los edificios de Río de Janeiro y las "favelas" donde viven millones de personas en condiciones infrahumanas.

Pobreza en Haití
La desigualdad divide a los ricos de los más pobres.
El caso de Chile, segundo en la lista de los más desiguales, puede llegar a sorprender. Aunque la economía chilena es tomada como modelo en la región, no ha jugado bien el papel de redistribución de la riqueza. La décima parte de la población se queda con el 47% de los ingresos.

Según el informe, otros países en donde la desigualdad llama la atención son Guatemala, donde el 10% de la población concentra el 46,8% de los ingresos, Colombia (46,5%), México (43,1%), Argentina (38,9%) y República Dominicana (38,6%).

En la lista de los más equitativos está Uruguay (33,5%) y Costa Rica (34,8%), aunque el informe destaca que aún están muy por encima de los niveles de los países desarrollados como Estados Unidos, donde el 10% de la población concentra el 31% del ingreso total, e Italia, donde la diferencia se reduce al 27%.

El origen de la desigualdad

El informe del BM señala que la desigualdad en América Latina tiene orígenes históricos y se remonta al pasado colonial de la región, donde la relación entre los colonos europeos y la población subordinada dejó sus huellas. La creación de instituciones antes y después de la independencia -más que nada aquellas relacionadas con la administración del trabajo, el uso de la tierra y el control político- consolidaron y perpetuaron la influencia y la riqueza hasta nuestros días, dice el informe.

Aunque en los últimos años se han registrado muchos cambios en la región, tanto políticos como económicos, las bases de esas instituciones han quedado entre nosotros. Los países con mayor población indígena y/o descendiente de africanos, son hoy en día los más desiguales. De igual forma lo son aquellas naciones que alguna vez fueron formadas por grandes latifundios, como es el caso de Brasil.

¿Cómo recortar la brecha?

El organismo internacional propone aplicar medidas correctivas para reducir la desigualdad en la región. Entre ellas está el facilitar el acceso a la educación a las personas con menos recursos, así como también una distribución más equitativa de las tierras y de los derechos de propiedad. El organismo propone también reformular los mercados financieros y de productos, una mayor apretura del mercado laboral (que proteja a los trabajadores y sea más flexible) y mejorar el sistema de recaudación de impuestos.

Sin embargo, estas medidas correctivas encontrarán grandes obstáculos en su camino y, si es que los gobiernos en Latinoamérica deciden seguir los consejos del BM, seguramente pasarán varios años hasta que se empiecen a notar los cambios. Los dos principales obstáculos están en el área tributaria y en la redistribución de la tierra. El sector informal en América Latina es muy grande, lo que favorece la evasión fiscal y el trabajo en "negro", lo que hace muy difícil una mejora en la recaudación de impuestos. En este punto habría más que nada preguntarse por qué la gente no paga impuestos (cuáles son las verdaderas causas) o por qué el sector informal es tan grande.

Países latifundistas como Brasil, donde la tierra está en manos de unos pocos, tampoco son factibles de producir cambios de la noche a la mañana. Hace falta un gobierno fuerte que imponga altos impuestos a los más ricos y redistribuya las tierras. Pero, hasta el momento, los intereses de los más fuertes prevalecen.

Favelas de Río de Janeiro.
Miles de personas pobres viven en las favelas de Río de Janeiro.
Si bien la redistribución de las riquezas puede contribuir a disminuir la desigualdad en la región, lo que debería realmente importar no es cuántos puntos porcentuales se redujo la brecha, sino cuántas personas más pueden cubrir sus necesidades básicas y estar listas para contribuir con su desarrollo personal al desarrollo del país en su conjunto.

Reducir la desigualdad no es garantía suficiente para eliminar la pobreza. Para lograr que el recorte de la desigualdad también contribuya a reducir la pobreza hacen falta gobiernos más comprometidos, capaces de poner en práctica planes de acción y desarrollo, enfocados en el bienestar de la gente y no en el bolsillo de unos pocos. Hasta que esto no ocurra, la desigualdad y, más que nada, la pobreza seguirán marcando el camino de nuestra América Latina.

4 comentarios:

  1. buenisimo loq estba buscando!!

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  2. hola ustedes no saben ni un pingo... ok?????

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  3. POR QUÉNO ANALIZAS LA SITUACIÓN DE VENEZUELA, QUE ES EL PAÍS MENOS DESIGUAL, COLOCA EL INDICE DE GINE ACA

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