Los parlamentarios plantean a los Gobiernos el boicoteo de la apertura de los Juegos - La resolución aprobada por 580 votos exige que China negocie con el Dalai Lama
RICARDO MARTÍNEZ DE RITUERTO, El País - BruselasEl Parlamento Europeo lanzó ayer un ultimátum a Pekín al reclamar a los presidentes y jefes de Gobierno de la Unión que boicoteen la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos en caso de que las autoridades chinas no reanuden el diálogo con el Dalai Lama. La durísima resolución no es vinculante, pero está en sintonía con las protestas callejeras que suscita el paso de la antorcha olímpica por Europa y EE UU y fue aprobada por 580 votos, 24 en contra y 45 abstenciones. Frente al mar de parabienes con que fue acogida, se alzó la voz minoritaria de quien calificó de irresponsables a los eurodiputados por intentar acorralar a China sin pensar en las consecuencias.
La votación fue el corolario del debate de hace dos semanas, cuando en una Eurocámara prácticamente desierta un puñado de eurodiputados encendidos arremetió sin cuartel contra "un Gobierno que asesina a sus propios ciudadanos", en palabras de uno de ellos. A juicio de otro, aquella ocasión había dejado claro que "el mundo libre no debe estrechar la mano de los asesinos".
El fragor verbal de entonces quedó moderado ayer al transformarse en el negro sobre blanco de la resolución, pero sin escatimar andanadas contra "la represión brutal" ejercida por Pekín sobre los manifestantes tibetanos y los defensores de los derechos humanos o con la implacable censura contra la prensa o internet.
Los eurodiputados secundan ahora lo dicho el mes pasado por su presidente, el democristiano alemán Hans-Gert Pottering, quien reclamó a los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete que se plantearan hacer el vacío a Pekín en la magna ocasión del 8 de agosto. Por aquello días, Nicolas Sarkozy se había manifestado a favor del boicoteo hasta que en su visita a Londres matizó que dado que en agosto Francia ostentará la presidencia de la Unión consultará con sus socios antes de tomar ninguna decisión.
Salvo algunas excepciones, los líderes europeos han optado por la discreción ante el grave dilema de Pekín. Ahora, el Parlamento Europeo les ha colocado en la tesitura de pronunciarse. Por abrumadora mayoría, una Eurocámara tan sin atribuciones en política exterior como autoimbuida de su función de altavoz de la opinión pública y de conciencia moral de la Unión, "pide a la presidencia en ejercicio de la UE que se esfuerce por lograr una posición común en lo que se refiere a la asistencia de los jefes de Estado y de Gobierno y del Alto Representante de la UE a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, manteniendo la opción de no asistir a la misma en caso de que no se reanude el diálogo entre las autoridades chinas y Su Santidad el Dalai Lama".
Cinco tandas previas de conversaciones entre el Dalai Lama o sus enviados con Pekín no han contribuido a acercar posturas. El abrupto estallido de la crisis de Tíbet ha enconado aún más los ánimos del régimen chino. Pedir en estas condiciones la reanudación del diálogo entre ambas partes suena a pedir lo imposible. Y los eurodiputados lo saben. Como reconoció ayer el líder de los liberales, el británico Graham Watson, de lo que se está hablando en realidad es de "lanzar un ultimátum a las autoridades chinas". "Ahora que el presidente cuenta con el mandato del Parlamento, habrá conversaciones bilaterales con la presidencia eslovena y con Solana para plantear el caso y buscar una posición común sólida", dijo un portavoz de Pottering.
Los ministros de Exteriores de la Unión abordaron el asunto en su reunión informal de hace dos semanas en Eslovenia, donde evitaron por todos los medios chocar con China. Tras una blanda declaración con las preceptivas llamadas a la moderación y al diálogo, la presidencia eslovena señaló que no descartaba hacer una declaración más dura en el futuro. Allí reiteró Javier Solana su intención de acudir a Pekín en su calidad de invitado nato por ser ministro de Exteriores cuando Barcelona celebró los de 1992.
Miguel Ángel Moratinos apuntó que España asistirá a la ceremonia inaugural, aunque sin identificar la cabeza de la delegación. Gordon Brown también señaló por entonces en Londres que el Reino Unido estaría presente el 8 de agosto en Pekín. Ayer confirmó que él no viajará a China. [Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, no asistirá a la ceremonia inaugural de los Juegos aduciendo problemas de agenda, informa Reuters].
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