Alguna vez Andrés Allamand dijo que RN tenía las llaves de la transición pero la UDI poseía una ganzúa. Después de alinear a cuatro de los cinco diputados que se fueron con él de la DC para aprobar el libelo contra la ministra de Educación, queda claro que el colorín maneja una minoría mañosa pero desequilibrante dentro de la institucionalidad política. Todo indica que el Senado sólo será un trámite para que ruede la cabeza de Provoste.
Claudia Urquieta Ch. y Jorge Molina S., El Mostrador
“Creo que me he extendido más de la cuenta”, señaló el abogado Luis Bates cuando estaba a punto de cumplir casi dos horas exponiendo sus argumentos en contra de la acusación constitucional contra la Ministra de Educación, Yasna Provoste.Claudia Urquieta Ch. y Jorge Molina S., El Mostrador
A pesar de ello, continuó defendiendo a brazo partido a la Secretaria de Estado, y aunque hizo uso de toda su artillería de salvataje legal y hasta anecdótico durante 126 minutos, la suerte ya estaba echada: los 59 votos a favor del libelo dejaron en claro que podría haber hablado una semana, pero, tal como se veía venir, los votos de los parlamentarios ya estaban “cocinados”.
Su contraparte, el diputado Germán Becker (RN) sólo necesitó 52 minutos para “obtener” el respaldo de la Alianza y de los ex demócrata cristianos Jaime Mulet, Alejandra Sepúlveda, Carlos Olivares y Eduardo Díaz. El quinto elemento del grupo, Pedro Araya, simplemente no ingresó a la sala, así como tampoco lo hizo el diputado de Chile Primero Esteban Valenzuela. En la DC se abstuvo Pablo Lorenzini, y en el PPD René Alinco.
Pero la ausencia que marcó a fuego al oficialismo fue la del falangista Gabriel Ascencio, que justificó su decisión arguyendo que sus diferencias con Provoste, lo hacían sentirse inhabilitado para votar, explicando que “no votaré a favor de la acusación presentada, pero tampoco puedo, por un deber de conciencia, rechazarla”.
De esta forma, echó por tierra la apuesta gubernamental de alinear el cien por ciento de sus filas, dejando en evidencia los problemas políticos estructurales que arrastra la Concertación, propinando al oficialismo una de las peores derrotas del oficialismo en estos 18 años de gobierno. Ahora, suspendida de su cargo, sólo falta que el Senado sea la guillotina que descabece a Provoste.
De nada sirvieron estrategias oficialistas de última hora como sentar entre los ministros que acompañaron a Provoste a la Cámara a la titular del sernam, la DC Laura Albornoz, toda una carnada para los colorines por su pasado cercano a Adolfo Zaldívar.
Por eso, una vez conocido el resultado, vinieron los lamentos. Carolina Tohá llamaba a realizar una discusión política -con visos de sanción disciplinaria- a todos aquellos que fueron elegidos al alero de la Concertación, pero que votaron en contra de ella, en este trance que está ad portas de truncar la carrera política de una de las favoritas de Ricardo Lagos.
Los “peones” de Zaldívar
El golpe asestado por los colorines materializó la peor pesadilla del Gobierno: un escenario minoritario en ambas cámaras, y lo que es peor, dejó en claro que el nuevo presidente del Senado, Adolfo Zaldívar, tiene la sartén por el mango y el poder suficiente para mover la balanza política a su favor.
El diputado Eduardo Saffirio, jefe de la bancada DC, califica como “nueva mayoría espuria” este nuevo escenario, y asegura que “no me cabe la menor duda que por detrás está moviendo los hilos Zaldívar. Y también que ha sido conversado largo y tendido con la derecha, porque no va a llegar de un momento a otro como presidente del Senado: es una operación política completa que se ha diseñado desde hace mucho tiempo”.
Ciertamente, luego de la votación en la derecha todo era felicidad. Junto con aparecer como un bloque ordenado y pétreo a la hora de votar, alejó los vientos de disidencia esparcidos por Lavín.
El parlamentario DC considera los hechos como una prueba más de la redefinición del escenario, sobretodo porque a su entender el alejamiento de sus ex correligionarios no fue sólo de la DC, sino del oficialismo. “Cuando Zaldívar dice y reitera que lo peor para el país es un quinto gobierno de la Concertación, lo que dice es que prefiere uno de la derecha Y los que abandonaron el barco junto con él, simplemente son sus peones en la Cámara”.
Por ello no le extraña el resultado de la votación, ya que “cuando la gente ha tomado la decisión de abandonar la coalición, el lobby no sirve”, sentencia.
Funeral vikingo
En una suerte de funeral vikingo, ayer por la tarde la ex secretaria de Estado fue recibida con vítores en el palacio de Gobierno, en medio de una puesta escena para mostrar que el oficialismo es un bloque sólido pese a las derrotas. Y en una señal de normalidad institucional decidió la Presidenta decidió nombrar como subrogante al ministro de Transportes, René Cortázar, también DC.
Con su tradicional humor, drástico y concreto de ex alumno de la Escuela Militar, el vocero de Gobierno Francisco Vidal fue preciso: “el ministro (Cortázar) puede caminar y mascar chicle al mismo tiempo”.
Pero Vidal también recordó: “Cuando se gana con la derecha, es la derecha la que gana”.
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