(Esta es una batalla importante. Los trabajadores subcontratistas del cobre, apoyados por los de planta, ponen en jaque uno de los pilares del modelo neoliberal, esto es, la existencia de un mercado de trabajo flexible y precarizado que le permite operar con bajos costos y, por consiguiente, con una alta rentabilidad. El conflicto por lo mismo no puede sino dividir al propio gobierno y a la Concertación, entre ministros abiertamente defensores del modelo vigente (DC en particular, desde el Ministerio del Interior, y un sector del PPD) cuyo apoyo al director ejecutivo de Codelco, J.P. Arellano (DC) ha sido resuelto. Una posición diferente han adoptado el ministro del Trabajo y desde luego el presidente de la CUT (ambos PS), sea apoyando el movimiento o promoviendo una negociación tripartita rechazada por la direccion de Codelco. Veremos lo que acontece en los días que siguen, pero lo que no puede dejar de destacarse ya es que este no es un conflicto más. Su desarrollo y desenlance tendrán consecuencias de importancia tanto para los trabajadores del país, como para las diferentes fuerzas políticas y sociales involucradas. E.A.)
LA BATALLA DE LOS TRABAJADORES SUBCONTRATISTAS DEL COBRE
La Nación del Domingo.
Casi dos semanas de huelga y la situación, en vez de mejorar, empeora. Pero no sólo Codelco tiene a sus trabajadores subcontratados movilizados. El ímpetu de las huestes de Cuevas se contagió en el norte y los trabajadores de las mineras privadas ya entregaron un pliego de peticiones. La pesadilla de los empresarios se hizo realidad.
No sólo los ejecutivos de Codelco están con dolor de cabeza. La huelga de los trabajadores subcontratados los mismos que mantuvieron una movilización de 36 días el año pasado volvió a explotar el 16 de abril, y los empresarios de la minería privada también se asustaron. A pesar de que este conflicto se concentra en la estatal Codelco, un posible efecto dominó incitó a Alfredo Ovalle, presidente de la CPC y de la Sonami (Sociedad Nacional de Minería), a pedir enérgicamente al Gobierno que "ponga las cosas en su lugar" y "actúe con todo el rigor de la ley", porque teme que un "efecto contagio" traslade las demandas de los subcontratados a la empresa privada.
El fantasma que ve Ovalle no está tan lejos de la realidad. El viernes 18 de abril, más de cien dirigentes sindicales marcharon a las dependencias de Minera Escondida propiedad de BHP Billiton para dejar un pliego de peticiones casi idéntico al de Codelco (ver recuadro), y luego se dirigieron a la Intendencia de la Región de Antofagasta, donde dejaron una copia del petitorio y pidieron más poder de fiscalización para la Dirección del Trabajo. Por supuesto, en la acción estaba Cristián Cuevas, presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), que en medio de la huelga de Codelco viajó a Antofagasta para marchar con los subcontratistas del norte.
En Escondida fueron recibidos por Fernando Hernández, abogado de BHP Billinton, y Gonzalo Cid, jefe de Asuntos Corporativos, a quienes entregaron el petitorio, dirigido a todo el Consejo Minero entidad que agrupa a mineras privadas y Codelco . Las empresas aún no han dado respuesta. Consultados por LND, en el Consejo Minero optaron por guardar silencio.
EL FACTOR CUEVAS
La marcha no fue el inicio de la acometida contra la minería privada. Todo comenzó con un Cristián Cuevas interesado en ampliar su ofensiva hacia el norte. "El 70% de la minería está en el sector privado, por lo que es muy importante", manifiesta. De hecho, el líder de la CTC también es ahora el cabecilla del movimiento en la empresa privada.
Cuevas ha viajado a lugares como Mamiña, Camiña, Pozo Almonte e Iquique para conversar, arengar y organizar a los trabajadores de las privadas. "En la minería privada el movimiento es más nuevo que en Codelco, pero a la vez es mucho más férreo", asegura. La estrategia se comenzó a gestar el año pasado. El 21 y 22 de agosto realizaron un cónclave de trabajadores de la minería privada y estatal, convocado por la CTC, donde fijaron la hoja de ruta tanto para Codelco como para las transnacionales. En octubre, Cuevas volvió a viajar al norte y todo quedó amarrado: esperarían el momento justo para llevar un pliego de peticiones.
Ahora, los trabajadores están a la espera mientras las preocupadas empresas deciden qué hacer con los trabajadores movilizados. "Queremos que esto sea tratado en base al diálogo, pero si no hay disposición al diálogo veremos en una asamblea resolutiva la posibilidad de generar las condiciones para una movilización de carácter regional o zonal", explica Cristián Cuevas, que le fija a las empresas hasta el 18 de mayo para dar una respuesta y sentarse a negociar. "No se descarta ningún tipo de movilización, sea marcha, asamblea o paro", agrega Marcelo Lambrecht, jefe zonal de la CTC de Antofagasta.
CAMINO CUESTA ARRIBA
El tema preocupa a los empresarios, sobre todo porque este movimiento tiene una ventaja con respecto al de Codelco: las excelentes relaciones de los trabajadores contratistas con los sindicatos de planta. "Ellos han vivido también situaciones similares a las de los contratistas. No son como la elite burocrática de Codelco", asegura Cuevas. "Incluso, varios prometieron apoyar en caso de huelga", agrega Enrique Gatica, director de la Federación de Contratistas de Iquique.
Pero también tienen sus desventajas. "La CTC está mejor instalada en Codelco porque llevamos muchos años. En la minería privada es más nueva y las condiciones de persecución a los trabajadores contratistas y a los de planta han sido extraordinarias", explica el líder de la movilización. Efectivamente, a pesar de que existen 60 sindicatos en las empresas contratistas, hay muchas donde no hay agrupaciones de trabajadores o donde éstos son hostigados. Andrés Lizama, trabajador subcontratado y dirigente sindical, va todos los días al trabajo, pero no le permiten entrar al lugar donde debe trabajar por formar el gremio.
A todos sus compañeros de sindicato los echaron. "A él también lo habían despedido, pero la Inspección del Trabajo ordenó su reintegro", cuenta Gatica. El jueves ocurrió un caso similar. La empresa Ingeniería Civil Vicente, que presta servicios a Collahuasi, canceló los contratos de los trabajadores que protagonizaron una huelga en noviembre del año pasado. Los dirigentes sindicales alegan que el camino ha sido difícil y no titubean al señalar a los culpables de estas prácticas antisindicales. "La empresa minera es la que produce que las contratistas no permitan la sindicalización. Ahora estamos en proceso de licitación y dejaron de ocupar los servicios de Tur Bus porque los trabajadores exigieron un bono. A la empresa donde yo trabajo también la están cuestionando para la licitación porque yo soy dirigente de la federación", explica García. A pesar de que el camino se les ha hecho bastante difícil, tanto Cuevas como los dirigentes regionales aseguran que el movimiento está organizado y que nada los frenará. El efecto dominó de la minería no tiene fecha de término.
Oídos sordosEl conflicto entre los subcontratistas de Codelco y la cuprífera estatal se polariza cada vez más. A comienzos de semana se habían abierto algunos rayos de esperanza. El presidente de la CUT, Arturo Martínez, entró como negociador, se reunió un par de veces con el director ejecutivo de la minera, José Pablo Arellano, y finalmente renunció. Todo quedó en nada. Al mismo tiempo, el ministro del Trabajo, Osvaldo Andrade, protagonizó un duro intercambio de palabras con el gerente de Gestión y Fiscalización de las empresas contratistas de Codelco, Eduardo Loyola, e instó a la estatal a conversar.
Pero el viernes, tras reunirse con el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, Arellano reiteró su postura: “La relación entre las empresas contratistas y sus trabajadores debe darse entre ellos. Ellos son los que tienen que concordar sus condiciones de trabajo”, dijo, reiterando que Codelco no se sentará ni siquiera a conversar. Ante esto, Cristián Cuevas, líder de los trabajadores en huelga desde hace 11 días, respondió: “Si esto no se resuelve, intensificaremos la lucha y llamamos al pueblo de Chile a solidarizar”. Y ayer Andrade volvió a hablar: “Esta es una negociación que se tiene que dar entre tres actores que son muy nítidos: la empresa contratista, los trabajadores y la empresa mandante que es Codelco, los actores han estado siempre muy claros”, dijo, después que Arellano rechazara una mesa de negociación y Francisco Vidal dijera que Santiago González, ministro de Minería, es el encargado del conflicto.
El petitorioLas demandas, entregadas en un documento de siete páginas, apuntan principalmente a que las mineras pongan condiciones a las empresas contratistas para poder ganar una licitación. La única petición distinta es que el bono que paga BHP Billiton a sus trabajadores contratistas –correspondiente al 20% de lo que reciben sus trabajadores de planta– se haga extensivo al resto de la minería. Otras peticiones son:
• Reajuste trimestral de los sueldos según IPC.
• Que el Consejo Minero verifique que las contratistas cumplan con el pago de sueldos y cotizaciones, y finalice contrato con las empresas que no lo hagan.
• Que en las bases de licitación se establezca la incorporación de un seguro por muerte accidental e invalidez y un seguro complementario de salud.
• Que se privilegie en la licitación a las empresas que otorguen beneficios relativos a la vivienda, educación y salud.
• La constitución de cuatro comisiones de trabajo entre los trabajadores y las empresas que entreguen resultados en 30 días.
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